BUENOS AIRES, 19 Dic. (Notimérica) -
La crisis argentina de 2001 dejó varios episodios sorprendentes para la historia. Entre los sucesos más destacados de aquel año se encuentra el denominado 'cacerolazo' o la movilización popular contra las medidas económicas del Gobierno argentino que tuvo lugar el 19 de diciembre de 2001 en Argentina.
El descontento social contra las restricciones decretado a principios de mes para la retirada del dinero que los ciudadanos tenían depositado en cuentas corrientes y cajas de ahorro, más conocido como 'corralito', provocó el caos entre los argentinos y la convocatoria de numerosas protestas en las calles. Sin embargo, el 19 de diciembre, el entonces presidente de Argentina, Fernández de la Rúa, decretó el estado de sitio por el cual se otorgaba a las fuerzas armadas el poder para la represión ciudadana saltándose los requisitos exigidos para su aplicación y suspendió las garantías constitucionales.
De este modo, inmediatamente después estalló el 'cazerolazo' liderado por los argentinos. La revuelta popular se generalizó al grito de "¡Que se vayan todos!" motivada por una profunda crisis a nivel político y económico, pero también humanitario ya que este periodo de crisis sumió a la sociedad en una grave pobreza.
Acompañando al sonido de los cientos de cacerolas que se golpeaban en las calles, los manifestantes exigían la dimisión del entonces ministro de economía, Domingo Cavallo, al que consideraban uno de los principales responsables de las penurias económicas que atravesaba el país iberoamericano, que se produjo aquel mismo día.
Lo más sorprendente es que los asistentes al 'cacerolazo' no fueron convocados por ningún partido político o sindicato, sino que acudieron a las calles autoconvocados para demandar un cambio político en su país. Durante las protestas, las fuerzas policiales acabaron con la vida de más de 30 personas, entre ellas niños, acatando las medidas ordenadas desde el gobierno.
La represión fue retransmitida en directo por televisiones y radios de todo el mundo, lo que ayudó a incrementar su visibilidad y los apoyos a la protesta. La mayor represión de todas, conocida como la 'Masacre de Plaza de Mayo', se produjo en el centro de Buenos Aires donde cinco personas perdieron la vida y resultaron heridas otras 227.
Después del agitado suceso, estaban contadas las horas del presidente del Gobierno en aquella época, Fernández de la Rúa, que al día siguiente, y tras la brutal represión, dimitió de su cargo y huyó en su helicóptero abandonando una Argentina sumida en el desastre. La situación a la que se enfrentó Argentina posteriormente no fue mucho mejor. En menos de un mes cinco presidentes llegaron a pasar por el poder en un clima de inestabilidad social y económica.
Este desastre político fue reconocido por la justicia argentina más tarde con la imputación de De la Rúa y varios de sus ministros por negligencia política y económica --aunque el caso terminó siendo sobreseído--.
La grave crisis de deuda que azotaba Argentina desde hacia años, unos 100.000 millones de dólares, provocada por una política de sobreendeudamiento, degeneró en una falta de liquidez y una masiva fuga de capitales. En los 11 primeros meses de 2001 se retiraron 18.000 millones de dólares debido a la enorme desconfianza de los ciudadanos en la solidez de las entidades.
El cierre bancario del país iberoamericano se prolongó casi un año pese a las protestas. El 2 de diciembre de 2002 se anunció la liberación de los depósitos retenidos, se acabo con la equiparación peso/dólar y se inició la necesaria devaluación. Pese a todo, las drásticas medidas tomadas tras el fin del 'corralito' afectaron a los fondos de unos 70.000 ahorradores que emprendieron acciones judiciales. Finalmente, Argentina consiguió recuperarse de la crisis gracias a su enorme reserva de materias primas y a una política de desendeudamiento impulsada desde 2005.