BOGOTÁ, 25 Oct. (Colprensa/Notimérica) -
El sistema carcelario y las condiciones de las instalaciones penitenciarias en Colombia están en entredicho. Tras una profunda investigación en 1998, cuando un ciudadano alemán sufrió un grave deterioro de salud, la Corte Constitucional colombiana verificó graves vulneraciones a los derechos fundamentales de los internos declarando como anticonstitucional muchos aspectos de las cárceles del país.
La sentencia, orientada a remediar la situación de manera urgente, no tuvo los efectos esperados, ya que la Corte no mantuvo la competencia para ir vigilando el cumplimiento de las órdenes impartidas.
Más de 15 años después de esa sentencia del Constitucional, el panorama de las cárceles del país sigue siendo tan grave que el Defensor del Pueblo ha insistido en múltiples ocasiones en decretar la emergencia carcelaria, para tomar medidas más efectivas. De hecho, el sindicato del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) está en paro y varios penales del país se abstienen de recibir más presos, porque simplemente ya no hay espacio.
HACINAMIENTO, MALA INFRAESTRUCTURA Y CONDICIONES SANITARIAS
Las cárceles de Colombia están desbordadas. Ante esta complicada situación social, las estadísticas los últimos años muestran muy gráficamente las deficiencias que se vive en los centros penitenciarios.
Solo en lo que llevamos de año 27 reclusos han muerto por quemaduras graves en incendios provocadas por la pobre condición de la instalación eléctrica de los centros penitenciarios.
Además se calcula que la capacidad carcelaria se encuentra totalmente sobrepasada, en total un 450 por ciento, unas condiciones de hacinamiento que implica que los reclusos cuentan con un espacio vital que no pasa de los 60 centímetros cuadrados.
Como apunta la Defensoría entre 2003 y 2013 la población carcelaria aumentó en un 100 por ciento. Una situación que representa la crisis carcelaria mas grave de la historia del país.
En comparación con países del entorno, Colombia no sale bien parada. Según el estudio de la institución, en Colombia hay 266 reclusos por cada 100 mil habitantes, esto es, más del triple que en Ecuador (86) y poco menos del doble que en Venezuela (169). La cifra es también superior a las que hay en Perú (202), Bolivia (112), Paraguay (97) y Argentina (147).
Otra denuncia que se viene haciendo desde hace tiempo es la obsoleta infraestructura de los centros penales. Estas no tienen las condiciones para albergar a los internos con un mínimo de dignidad. Así, se han reportado numerosos casos de cárceles en las cuales las visitas conyugales han hecho trasladarse a más de un centenar de presos a una sola celda.
Por último, otro aspecto en el que se hace hincapié son las condiciones sanitarias. Las pobres condiciones han obligado a la Defensoría a interponer sendas tutelas para que los internos reciban los tratamientos adecuados, para que haya más de un enfermero, medicinas apropiadas y atención especializada para trastornos psiquiátricos y enfermedades graves.