MADRID, 18 Feb. (EUROPA PRESS) -
Durante el último siglo, el CO2 adicional acumulado en la atmósfera ha provocado, como efecto positivo, una fotosíntesis más eficiente en los árboles tropicales.
Se trata de una buena noticia, ya que los bosques tropicales más eficientes pueden absorber más CO2, lo que ayuda a frenar el cambio climático, según un estudio de la Universidad de Wageningen. Este hallazgo proviene de un nuevo método de investigación que permite a los científicos analizar los efectos del CO2 hasta 100 años en el pasado.
Para el estudio, los científicos recogieron muestras de madera de cedros rojos en Australia, Tailandia y Bangladesh utilizando un taladro hueco. Este taladro extrae un trozo cilíndrico de madera del árbol, revelando sus anillos. La investigación se publica en la revista New Phytologist.
"A partir de una muestra de este tipo, no solo se puede saber cuánto ha crecido el árbol, sino que también actúa como una especie de cápsula del tiempo, mostrando cómo funcionó el árbol en un año determinado", explica en un comunicado Sophie Zwartsenberg, autora principal del estudio. "Esa información está codificada en la composición química de la madera, que analizamos en detalle".
Mediante análisis químicos de los anillos de los árboles, los investigadores pudieron determinar la eficiencia con la que los árboles han producido azúcares mediante la fotosíntesis durante el siglo pasado. Los azúcares son la principal fuente de energía para los árboles y las plantas en general. Sin azúcares, un árbol no puede crecer ni sobrevivir.
La fotosíntesis depende de la cantidad de CO2 en el aire. Cuando los niveles de CO2 son bajos, la enzima responsable de capturar el CO2 comete errores con mayor frecuencia y se une accidentalmente al oxígeno (O2).
"Se puede comparar con una bolsa de canicas", dice Zwartsenberg. "Si hay muchas bolas de CO2 mezcladas con el oxígeno, es más probable que la enzima capte el CO2. Pero si falla y capta oxígeno en su lugar, el árbol desperdicia energía sin producir azúcar. Este proceso se llama fotorrespiración y es diferente de la fotosíntesis".
El aumento de la fotosíntesis es beneficioso para los árboles, ya que los azúcares adicionales se pueden utilizar para el mantenimiento y el crecimiento. También es beneficioso para los humanos, ya que los árboles con tasas de fotosíntesis más altas eliminan más CO2 del aire.
Los análisis químicos realizados por el equipo se desarrollaron en una universidad sueca. Allí, se demostró que las moléculas de azúcar formadas mediante la fotosíntesis (después de unirse con CO2) tienen una estructura ligeramente diferente a los azúcares formados después de la fotorrespiración (unión con O2). Esto se mide utilizando un dispositivo gigante que analiza virutas de madera con campos magnéticos.
Zwartsenberg explica: "Es como una máquina de resonancia magnética gigante".
Al medir la forma de las moléculas de azúcar en los anillos de los árboles mediante campos magnéticos, los investigadores mostraron un claro aumento en la eficiencia de la fotosíntesis. El equipo también descubrió que los árboles más pequeños son más eficientes que los grandes.
"Esta es la primera vez que hemos podido demostrar el efecto del CO2 adicional en árboles maduros que han crecido en condiciones naturales", dice el profesor de Wageningen y coautor Pieter Zuidema.
"Los efectos positivos del CO2 en la fotosíntesis se conocen desde hace mucho tiempo gracias a los estudios realizados en invernaderos con plantas pequeñas. El hecho de que el equilibrio entre la fotosíntesis y la fotorrespiración se haya desplazado hacia la fotosíntesis significa que los bosques tropicales llevan un siglo produciendo más azúcares. Sin embargo, la pregunta sigue siendo dónde han invertido los árboles esos azúcares adicionales. Otras investigaciones sugieren que, en la mayoría de los casos, no forman anillos de árboles más anchos. Este sería el siguiente paso".