MADRID, 3 Ene. (EUROPA PRESS) -
Múltiples estructuras que parecen ser bolsas de magma y fluidos magmáticos del manto superior han sido descubiertos bajo el campo volcánico de Eifel (Alemania) donde hubo erupciones hace 11.000 años.
Europa Central no suele estar en el punto de mira de la atención pública cuando se trata de evaluar el riesgo volcánico. Por ahora, el campo volcánico de Eifel, en el oeste de Alemania, se encuentra inactivo, pero múltiples líneas de evidencia han insinuado que algún día podrían ocurrir nuevas erupciones.
Ahora, Dario Eickhoff y sus colegas del Instituto de Tecnología de Karlsruhe han aplicado técnicas avanzadas de imágenes sísmicas para observar la corteza debajo de la región con un detalle sin precedentes, informa EOS, publicación de la American Geophysical Union.
El nuevo análisis, publicado en Geophysical Research Letters, en realidad revisa los datos recopilados en la región de Eifel hace 35 años por camiones especializados que dirigen señales sísmicas hacia la corteza terrestre y luego detectan las ondas reflejadas. Desde entonces, las técnicas para procesar datos de reflexión sísmica han avanzado considerablemente, lo que permite a los científicos actuales extraer imágenes mucho más detalladas de las características del subsuelo a partir de conjuntos de datos existentes.
Además de obtener imágenes de estructuras subterráneas detectadas previamente con mayor resolución, el equipo describió características nunca antes vistas. Estas estructuras, detectadas a profundidades de entre 10 y 30 kilómetros, son similares a los umbrales, o láminas planas de roca ígnea que se forman entre la roca madre cristalina existente. Las características sugieren que pueden ser bolsas de magma fundido, fluidos o gas supercrítico que ascendió a la corteza desde el manto superior.
La presencia de estos posibles parches magmáticos plantea la posibilidad de que puedan ocurrir futuras erupciones en la región de Eifel, si el magma se vuelve lo suficientemente flotante como para ascender a la superficie. Los investigadores piden que se realicen más estudios utilizando técnicas de evaluación volcánica de última generación para aclarar mejor los peligros volcánicos de la zona.