Publicado 22/10/2024 11:21

Rápida expansión industrial en el Ártico revelada por satélites

Mapa de actividad humana emisora ​​de luz del Ártico que muestra áreas no iluminadas (negras) versus áreas iluminadas (naranja) con un aumento significativo (amarillo) o una disminución de la actividad humana emisora ​​de luz (violeta) entre 1992 y 2013.
Mapa de actividad humana emisora ​​de luz del Ártico que muestra áreas no iluminadas (negras) versus áreas iluminadas (naranja) con un aumento significativo (amarillo) o una disminución de la actividad humana emisora ​​de luz (violeta) entre 1992 y 2013. - CENGIZ AKANDIL, UNIVERSITY ZURICH; NATURAL EARTH

   MADRID, 22 Oct. (EUROPA PRESS) -

   Según un análisis de datos satelitales sobre la luz artificial nocturna, más de 800.000 km2 del Ártico se vieron afectados por la actividad humana en 2013.

   De media, el 85% de las zonas contaminadas por luz se deben a actividades industriales y no a la construcción urbana. Según el equipo internacional dirigido por investigadores de la Universidad de Zurich, los resultados son decisivos para el desarrollo sostenible y la conservación de la naturaleza en esta región tan vulnerable.

   El Ártico está amenazado por un fuerte cambio climático: la temperatura media ha aumentado unos 3 °C desde 1979, casi cuatro veces más rápido que la media mundial. La región que rodea el Polo Norte alberga algunos de los ecosistemas más frágiles del mundo y ha experimentado pocas perturbaciones antropogénicas durante décadas.

   El calentamiento ha aumentado la accesibilidad de la tierra en el Ártico, lo que ha fomentado el desarrollo industrial y urbano. Comprender dónde y qué tipo de actividades humanas tienen lugar es clave para garantizar el desarrollo sostenible en la región, tanto para las personas como para el medio ambiente. Hasta ahora, no se ha realizado una evaluación completa de esta parte del mundo.

   Un equipo internacional de investigadores dirigido por Gabriela Schaepman-Strub, del Departamento de Biología Evolutiva y Estudios Ambientales de la Universidad de Zúrich (UZH), ha arrojado luz sobre esta cuestión. Junto con colegas estadounidenses de la NASA y de la Universidad de Wisconsin-Madison, los investigadores de la UZH utilizaron datos de luz artificial nocturna observados desde satélites para cuantificar los puntos calientes y la evolución de la actividad humana en el Ártico desde 1992 hasta 2013.

   El estudio se publica en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

   "Más de 800.000 km2 se vieron afectados por la contaminación lumínica, lo que corresponde al 5,1% de los 16,4 millones de km2 analizados, con un aumento anual del 4,8%", afirma Schaepman-Strub en un comunicado. Con el nuevo enfoque estandarizado, los investigadores pudieron evaluar espacialmente la actividad industrial humana en el Ártico, independientemente de los datos económicos.

   El Ártico europeo y las regiones de extracción de petróleo y gas de Alaska, Estados Unidos y Rusia fueron puntos calientes de actividad humana, con hasta un tercio de la superficie terrestre iluminada. En comparación con estas regiones, el Ártico canadiense estaba en gran parte oscuro por la noche.

   "Descubrimos que, en promedio, solo el 15% de la superficie iluminada en el Ártico contenía asentamientos humanos, lo que significa que la mayor parte de la luz artificial se debe a actividades industriales en lugar de desarrollo urbano. Y esta importante fuente de contaminación lumínica aumenta tanto en superficie como en intensidad cada año", dice el primer autor Cengiz Akandil, estudiante de doctorado en el equipo de Schaepman-Strub.

   Según los investigadores, estos datos proporcionan una base esencial para futuros estudios sobre el impacto del desarrollo industrial en los ecosistemas del Ártico.

   "En el vulnerable paisaje del permafrost y el ecosistema de la tundra, incluso el pisoteo repetido de los humanos, y sin duda las huellas dejadas por los vehículos de la tundra, pueden tener efectos ambientales a largo plazo que se extienden mucho más allá del área iluminada detectada por los satélites", dice Akandil.

   Los efectos negativos de las actividades industriales y la contaminación lumínica son absolutamente críticos para la biodiversidad del Ártico. Por ejemplo, la luz artificial nocturna reduce la capacidad de los renos del Ártico para adaptar sus ojos al color azul intenso del crepúsculo invernal, lo que les permite encontrar comida y escapar de los depredadores. También retrasa la coloración de las hojas y la rotura de los brotes, algo fundamental para las especies del Ártico, donde la temporada de crecimiento es limitada.

   Además, las actividades humanas fomentan la expansión de especies invasoras en el Ártico, y la extracción de petróleo y gas con frecuencia conduce a la contaminación ambiental, al igual que la industria minera, que también está en expansión.

   Los efectos del rápido cambio climático en el Ártico requieren que las comunidades locales se adapten rápidamente, y el desarrollo industrial podría aumentar aún más la necesidad de adaptación y aumentar los costos para la sociedad y el medio ambiente. Los investigadores estiman que los impactos directos que tiene la actividad humana sobre los ecosistemas del Ártico podrían superar o al menos exacerbar los efectos del cambio climático en las próximas décadas. Si se mantiene la tasa de crecimiento del desarrollo industrial registrada entre 1940 y 1990, entre el 50% y el 80% del Ártico podría alcanzar niveles críticos de perturbación antropogénica en 2050.

   "Nuestros análisis sobre la variabilidad espacial y los puntos críticos del desarrollo industrial son fundamentales para respaldar el seguimiento y la planificación del desarrollo industrial en el Ártico. Esta nueva información puede ayudar a los pueblos indígenas, los gobiernos y las partes interesadas a alinear su toma de decisiones con los Objetivos de Desarrollo Sostenible en el Ártico", concluye Schaepman-Strub.

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