MADRID, 11 Abr. (EUROPA PRESS) -
Nuevas evidencias muestran que los cazadores-recolectores llegaron a la isla de Malta en embarcaciones hace unos 8.500 años, unos 1.000 años antes que los primeros agricultores.
Herramientas de piedra, fogones y restos de alimentos cocinados hallados en una cueva del norte de Malta apuntan a la presencia humana temprana. Los hallazgos demuestran que los cazadores-recolectores tardíos eran capaces de realizar viajes marítimos avanzados.
AL MENOS CIEN KILÓMETROS DE AGUAS ABIERTAS
En un artículo publicado en Nature, nuevas evidencias muestran que los cazadores-recolectores cruzaban al menos 100 kilómetros de aguas abiertas para llegar a la isla mediterránea de Malta hace 8.500 años. Este informe documenta la navegación de larga distancia más antigua del Mediterráneo, antes de la invención de las embarcaciones a vela, una hazaña asombrosa para los cazadores-recolectores que probablemente utilizaban simples canoas.
"Basándonos en las corrientes superficiales del mar y los vientos predominantes, así como en el uso de puntos de referencia, estrellas y otras técnicas de orientación, es probable una travesía de unos 100 km, a una velocidad de unos 4 km por hora. Incluso en el día más largo del año, estos navegantes habrían disfrutado de varias horas de oscuridad en mar abierto", explica en un comunicado el profesor Nicholas Vella, de la Universidad de Malta, coinvestigador del estudio.
En la cueva de Latnija, en la región norteña de Mellieha, Malta, los investigadores encontraron rastros humanos en herramientas de piedra, fogones y restos de comida cocinada. "Encontramos abundante evidencia de una variedad de animales salvajes, incluido el ciervo rojo, que se creía extinto desde hacía tiempo", explica la profesora Scerri. Cazaban y cocinaban estos ciervos junto con tortugas y aves, incluyendo algunas de gran tamaño y hoy extintas.
MIL AÑOS MÁS DE HISTORIA PARA LA ISLA DE MALTA
Además, el equipo de investigadores encontró evidencia clara de la explotación de los recursos marinos. "Encontramos restos de focas, diversos peces, incluyendo meros, y miles de gasterópodos marinos comestibles, cangrejos y erizos de mar, todos indiscutiblemente cocinados", añade el Dr. James Blinkhorn, de la Universidad de Liverpool y MPI-GEA, uno de los autores correspondientes del estudio.
Estos descubrimientos también plantean interrogantes sobre la extinción de animales endémicos en Malta y otras islas pequeñas y remotas del Mediterráneo, y sobre si comunidades mesolíticas remotas pudieron haber estado conectadas a través de la navegación.
"Los resultados añaden mil años a la prehistoria maltesa y obligan a reevaluar las habilidades marineras de los últimos cazadores-recolectores de Europa, así como sus conexiones e impactos en los ecosistemas", añade el profesor Scerri.