MADRID, 9 Ene. (EUROPA PRESS) -
Una semilla descubierta en el desierto de Judea y revivida por la ciencia ha sido identificada como una plántula antigua vinculada a la mirra bíblica.
El estudio fue dirigido por el Centro Médico Universitario Hadassah en Jerusalén, y contó con la aportación de Andrea Weeks, investigadora de la Universidad George Mason, cuya extensa base de datos de secuencias de ADN jugó un papel decisivo en el análisis de la composición genética del antiguo espécimen.
Si bien el equipo confirmó el género de la plántula, aún no han identificado su especie precisa. "La especie exacta no está clara, lo que pone de relieve la necesidad de realizar más investigaciones sobre la biodiversidad. Ningún laboratorio ha analizado todavía todas las especies de Commiphora", dijo Weeks, profesora asociada del Departamento de Biología de la Facultad de Ciencias y director del Herbario Ted R. Bradley de George Mason.
Uno de los aspectos más desconcertantes del descubrimiento es la ubicación de la semilla. Encontrada en una cueva, la semilla, que los investigadores decidieron llamar "Sheba", se había conservado durante siglos en una zona muy alejada del área de distribución actual del árbol Commiphora, más conocido como mirra.
"La datación por radiocarbono revela que esta semilla se formó mucho después de los tiempos bíblicos, pero eso no explica cómo ni por qué acabó en una cueva en el desierto de Judea hace entre 800 y 1.000 años", dijo Weeks en un comunicado.
Los hallazgos del estudio, publicados en Communications Biology, podrían influir significativamente en la investigación futura sobre la biodiversidad al mejorar nuestra comprensión de la flora histórica y su evolución dentro de los ecosistemas actuales.
La naturaleza interdisciplinaria de la investigación, que combina arqueología, etnobotánica, química y taxonomía vegetal, contribuyó al éxito del equipo. En el futuro, Weeks y su laboratorio planean profundizar su exploración de la diversidad de Commiphora.
"Como la mayoría de las investigaciones científicas, este proyecto nos deja con más preguntas que respuestas", dijo Weeks. "Arroja luz sobre la complejidad de la biodiversidad y también sirve como recordatorio de la interconexión de la vida a lo largo del tiempo".