Publicado 20/02/2025 11:31

Fracking glacial: una fuente oculta de gas invernadero en el Ártico

El río de deshielo fluye desde el término de Vallkrabreen hacia el valle, donde se encuentra con numerosos manantiales de agua subterránea ricos en metano.
El río de deshielo fluye desde el término de Vallkrabreen hacia el valle, donde se encuentra con numerosos manantiales de agua subterránea ricos en metano. - LEONARD MAGERL.

   MADRID, 20 Feb. (EUROPA PRESS) -

   Científicos del iC3 Centre for Ice, Cryosphere, Carbon and Climate han descubierto que los glaciares del Ártico están filtrando cantidades significativas de metano, un potente gas invernadero.

   Descubrieron que los ríos de deshielo de los glaciares y los manantiales de agua subterránea están transportando grandes volúmenes de metano desde debajo del hielo a la atmósfera, mediante un proceso natural de fracking o fracturación hidráulica. Este proceso hasta ahora no reconocido podría contribuir a las retroalimentaciones climáticas del Ártico, acelerando el calentamiento global.

   El trabajo se publica en la revista Biogeosciences.

   Las emisiones de metano de los humedales del Ártico, el permafrost y las filtraciones geológicas son bien conocidas. Sin embargo, hasta ahora, el papel del agua de deshielo de los glaciares en la movilización del metano se había pasado por alto en gran medida.

   Kleber y Magerl se centraron en Vallakrabreen, un pequeño valle glaciar en el centro de las islas Svalbard, donde midieron los niveles de metano en los manantiales de agua subterránea y el río de deshielo que drena del glaciar.

   Sus resultados fueron sorprendentes. Se descubrió que las concentraciones de metano en el río de deshielo eran hasta 800 veces superiores al nivel de equilibrio atmosférico, con niveles máximos de 3.170 nanomolares registrados a principios de la temporada de deshielo.

   Este metano no fue producido por la actividad microbiana debajo del hielo, como se sospechaba anteriormente en otros entornos glaciares, sino que provino de fuentes termogénicas: metano que ha estado atrapado en las antiguas formaciones geológicas de la región durante millones de años.

   Kleber explica en un comunicado: "Esperábamos ver algo de metano en el agua de deshielo, pero las concentraciones que medimos fueron sorprendentemente altas. Nuestro análisis isotópico mostró que este metano es de origen geológico y se libera cuando el glaciar retrocede y el agua de deshielo glacial fluye a través de las fracturas en la roca".

   Al rastrear las concentraciones de metano durante la temporada de deshielo, los investigadores estimaron que solo el río de deshielo de Vallakrabreen liberó alrededor de 616 kg de metano a la atmósfera entre junio y octubre.

   Esto representó el 63% de las emisiones totales de metano de la cuenca glaciar, y el resto se debió a los manantiales de agua subterránea y a los respiraderos de gas burbujeante.

FRACTURACIÓN HIDRÁULICA NATURAL

   Magerl destaca la importancia del agua de deshielo en la generación de estas emisiones: "Los glaciares actúan como tapas gigantes que atrapan el metano bajo tierra, pero a medida que se derriten, el agua se filtra a través de las grietas del lecho rocoso y transporta el gas a la superficie. Se puede pensar en ello como un proceso de 'fracturación hidráulica' natural, o como lo hemos llamado: 'fracturación hidráulica glacial'".

   El estudio sugiere que podrían estar produciéndose emisiones similares en cientos de otros glaciares en Svalbard. Hay más de 1.400 glaciares que terminan en tierra en el archipiélago, muchos de los cuales se encuentran sobre un lecho rocoso rico en metano.

   Si se están produciendo procesos similares en otros lugares, las emisiones de metano glacial podrían ser una fuente sustancial y hasta ahora no contabilizada de emisiones de gases de efecto invernadero en el Ártico.

   Las implicaciones de esta investigación van mucho más allá de Svalbard.

   El Ártico se está calentando a un ritmo cuatro veces superior al promedio mundial y los glaciares de la región se están reduciendo rápidamente. A medida que se derriten, se podría liberar más metano, lo que crearía un ciclo de retroalimentación positiva: el calentamiento derrite los glaciares y libera metano, que a su vez atrapa más calor en la atmósfera y acelera aún más el derretimiento.

   Kleber advierte que este proceso podría tener consecuencias climáticas globales: "El metano es un gas de efecto invernadero mucho más potente que el dióxido de carbono en escalas de tiempo cortas. Aunque estas emisiones son estacionales, podrían acumularse a medida que se retraigan más glaciares".

   El descubrimiento plantea preguntas sobre cómo está cambiando el ciclo del carbono del Ártico en respuesta al cambio climático.

   Los científicos ahora necesitan reevaluar los presupuestos de metano en la región, incorporando las emisiones de los glaciares junto con el deshielo del permafrost y los flujos de metano de los humedales.

   Este estudio es el primero en documentar las emisiones de metano de un río de deshielo glacial en Svalbard, pero se necesita más investigación para comprender la escala completa del problema. Los investigadores de iC3 planean ampliar su trabajo a otros sistemas glaciares y desarrollar métodos para cuantificar las emisiones de metano a mayor escala.

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