Publicado 24/04/2025 17:29

Un ejemplar de 113 millones de años es ahora la hormiga fósil más antigua

Fósil de Haidomyrmecinae.
Fósil de Haidomyrmecinae. - ANDERSON LEPECO

   MADRID, 24 Abr. (EUROPA PRESS) -

   Una hormiga del infierno de 113 millones de años que vivió en el noreste de Brasil es ahora el ejemplar de hormiga más antiguo conocido por la ciencia, según un estudio que publica Current Biology.

   La hormiga del infierno, preservada en piedra caliza, pertenece a la subfamilia Haidomyrmecinae, una subfamilia extinta que vivió únicamente durante el Cretácico. Estas hormigas poseían mandíbulas altamente especializadas, similares a guadañas, que probablemente utilizaban para clavar o empalar a sus presas.

   "Nuestro equipo ha descubierto una nueva especie fósil de hormiga que representa el registro geológico indiscutible más antiguo de hormigas", declaró el autor Anderson Lepeco, del Museo de Zoología de la Universidad de São Paulo, Brasil.

   "Lo que hace particularmente interesante este descubrimiento es que pertenece a la extinta 'hormiga del infierno', conocida por sus peculiares adaptaciones depredadoras. A pesar de pertenecer a un linaje antiguo, esta especie ya presentaba características anatómicas altamente especializadas, lo que sugiere comportamientos de caza únicos".

   El descubrimiento del fósil de hormiga desafía nuestra comprensión de la evolución y la biogeografía de las hormigas a lo largo del tiempo, según los investigadores. Las hormigas más antiguas se encontraron en Francia y Birmania y se conservaron en ámbar en lugar de piedra caliza. La existencia de una hormiga del infierno en Brasil demuestra que las hormigas ya estaban ampliamente distribuidas y diversificadas en las primeras etapas de su evolución, afirma el equipo.

   "Si bien se han descrito hormigas del infierno a partir de ámbar, esta fue la primera vez que pudimos visualizar esto en un fósil de roca", afirmó Lepeco.

DESCUBRIMIENTO EN UN MUSEO

   Lepeco y su equipo descubrieron el ejemplar de hormiga, notablemente bien conservado, mientras examinaban sistemáticamente una de las colecciones de insectos fósiles más grandes del mundo de la Formación Crato, un yacimiento reconocido por su excepcional conservación de fósiles. La colección se encuentra en el Museo de Zoología de la Universidad de São Paulo.

   "Cuando encontré este extraordinario ejemplar, reconocimos de inmediato su importancia, no solo como una nueva especie, sino como la posible evidencia definitiva de la presencia de hormigas en la Formación Crato", concluyó Lepeco.

   Este hallazgo resalta la importancia de un examen exhaustivo de las colecciones existentes, tanto privadas como en museos, y pone de relieve la paleontología brasileña y la fauna de insectos fósiles poco explorada del país.

   La microtomografía computarizada (una técnica de imágenes 3D que utiliza rayos X para visualizar el interior de un objeto, o de una hormiga en este caso) mostró que la hormiga recién descubierta estaba estrechamente relacionada con las hormigas infernales, previamente conocidas solo a partir de especímenes conservados en ámbar birmano, un tipo de ámbar encontrado en Myanmar.

   El hallazgo muestra que las hormigas estaban ampliamente distribuidas por todo el mundo y debieron haber cruzado repetidamente las masas continentales del Cretácico, afirman los autores. Pero lo que más les sorprendió fueron las características especializadas de la hormiga infernal.

   "Si bien esperábamos encontrar rasgos de hormiga infernal, nos impactaron las características de su aparato de alimentación", dijo Lepeco.

   A diferencia de las hormigas modernas con mandíbulas de movimiento lateral, esta especie poseía mandíbulas que se extendían hacia adelante paralelas a la cabeza y una proyección facial anterior a los ojos, señalaron los investigadores. El hallazgo de una hormiga anatómicamente tan especializada de hace 113 millones de años desafía nuestras suposiciones sobre la rapidez con la que estos insectos desarrollaron adaptaciones complejas. Su intrincada morfología sugiere que incluso estas primeras hormigas ya habían desarrollado estrategias depredadoras sofisticadas, significativamente diferentes a las de sus contrapartes modernas.

   El descubrimiento de este nuevo espécimen de hormiga plantea preguntas más amplias sobre las presiones evolutivas que llevaron a las adaptaciones únicas de la hormiga del infierno, afirman los investigadores. Gracias a las herramientas avanzadas de imagenología, ahora es posible examinar estos especímenes fósiles con mucho más detalle que nunca.

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