MADRID, 3 Feb. (EUROPA PRESS) -
La ESA desarrolla un estudio de reposo extremo con voluntarios que pasan dos meses en la cama para entender cómo los viajes espaciales afectan al cuerpo humano.
Los participantes deben permanecer acostados en la cama, con los pies en alto y un hombro siempre tocando el colchón, incluso mientras comen, se duchan y usan el baño.
La microgravedad provoca pérdida de masa muscular y ósea, cambios de líquidos y otros cambios fisiológicos similares a los que experimentan los pacientes postrados en cama en la Tierra.
Al estudiar a los voluntarios aquí en la Tierra, los investigadores pueden desarrollar mejores contramedidas para los astronautas e incluso mejorar los tratamientos para enfermedades como la osteoporosis.
En este estudio, los participantes se dividen en tres grupos: uno permanece en la cama sin hacer ejercicio, otro hace ciclos en la cama para imitar los entrenamientos de los astronautas y un tercero hace ciclos mientras gira en una centrífuga para simular la gravedad artificial.
Los científicos esperan que la gravedad artificial pueda convertirse en una herramienta clave para proteger a los astronautas durante las misiones al espacio profundo, informa la ESA.