MADRID, 19 Ago. (EUROPA PRESS) -
Dos de los fenómenos propiosde la atmósfera superior más coloridos, la aurora y el resplandor nocturno, coinciden justo antes del amanecer en esta foto desde la Estación Espacial Internacional.
Los volutas verdes onduladas de la aurora boreal coronadas de rojo parecen cruzarse con la banda luminiscente rojo-amarilla cuando el laboratorio orbital pasaba al sur de la península de Alaska. El Sol naciente, detrás de la extremidad de la Tierra en el momento de esta foto, agrega un azul profundo al horizonte. La luz de las ciudades de la Columbia Británica y Alberta, Canadá, se unen a la luz de las estrellas para salpicar el paisaje celeste de la madrugada, explica la NASA.
Aunque aparecen en altitudes similares, la aurora y la luminiscencia nocturna son producidos por diferentes procesos físicos. El resplandor nocturno es un tipo de quimioluminiscencia: la emisión de luz de las interacciones químicas entre el oxígeno, el nitrógeno y otras moléculas en la atmósfera superior. Ocurre en toda la Tierra, todo el tiempo. Sin embargo, el "resplandor nocturno" es mucho más fácil de detectar sobre una Tierra oscura que el "resplandor diurno", ya que su brillo es solo una mil millonésima parte del brillo del del Sol.
Las auroras, por otro lado, surgen de las interacciones entre la energía solar y el campo magnético de la Tierra. El campo magnético canaliza la energía hacia la atmósfera superior, donde interactúa con los mismos átomos que el resplandor del aire (principalmente oxígeno y nitrógeno). Es por eso que ambos fenómenos pueden producir colores similares. La naturaleza dinámica del campo magnético de la Tierra mueve la energía solar de manera irregular, lo que hace que cada evento de aurora sea visualmente único.
La fotografía fue adquirida el 16 de marzo de 2020.