RÍO DE JANEIRO, 25 Oct. (Notimérica) -
La presidenta de Brasil y candidata a la reelección, Dilma Rousseff, ha salido reforzada del último debate presidencial frente al líder opositor, Aécio Neves, que ha intentado sacar partido de las últimas denuncias de la revista 'Veja', que asegura que tanto Rousseff como el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva conocían la red de corrupción que había dentro de Petrobras.
"El pueblo no es bobo", ha criticado Rousseff, añadiendo que irá a la Justicia a defenderse y que está segura de que los brasileños mostrarán su "indignación" con la manipulación mediática porque todos saben para quien hace campaña esa revista, ha dicho, en referencia al Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) de Neves.
Rousseff se ha mostrado más firme que en otros debates y Neves, a pesar de su habilidad en la oratoria ha dejado ver algunos signos de nerviosismo, como cuando ha hablado de "terrorismo" para denunciar la táctica que en su opinión hace el PT de amenazar a los ciudadanos diciendo que si votan al PSDB saldrán de programas de vivienda social.
Aunque el debate este viernes en la cadena Globo ha estado centrado en los temas habituales -corrupción, inflación, programas sociales o inseguridad ciudadana_Rousseff ha puesto un nuevo asunto sobre la mesa: la grave crisis hídrica que atraviesa el estado de São Paulo, gobernado por el partido de Neves desde hace 20 años. "No planificar en el estado más rico del país es una vergüenza", ha aseverado, a lo que su rival le ha recordado que los paulistas han aprobado a su partido en las urnas.
Otra de las novedades de último debate antes de las elecciones del domingo ha sido la participación de un grupo de votantes indecisos venidos de todo Brasil. Por sorteo, han podido hacer sus preguntas a los dos presidenciales, aunque tanto las preguntas como las respuestas han sido bastante previsibles y no han sacado a los candidatos de su guión habitual.
Al final, en los minutos que ambos han tenido para dirigirse a los telespectadores, han dejado ver cuáles son sus prioridades: Rousseff sabe que para ganar necesita el voto de los indecisos de clase media, por lo que ha hecho un llamamiento a votar por el Brasil que hizo que esas personas "creciesen y mejorasen de vida", remarcando que no va a permitir que se pierdan las conquistas de los últimos años.
Neves, por su parte, ha hecho un discurso más emotivo, recordando a su abuelo Tancredo Neves -que murió antes de tomar posesión como presidente-- y ha jugado una vez más la baza de ser el candidato del cambio. "He visto una emoción nueva surgiendo", ha dicho.
De cara a este domingo las encuestas siguen estando ajustadas entre los dos candidatos, pero parece que Rousseff ha tomado cierta ventaja. Según el último sondeo de Datafolha tendría un 53 por ciento de los votos frente al 47 por ciento de Neves. Otro sondeo, del Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística (Ibope) le otorga un 54 por ciento frente al 46 por ciento del candidato 'tucano'. Sin embargo, la fiabilidad de las encuestas es relativa, pues otro instituto de opinión, Sensus, otorga la victoria al candidato del PSDB: un 54,6 por ciento contra un 46,4 por ciento de la líder petista. Lo que ocurra de verdad sólo se conocerá el domingo, cuando más de 200 millones de brasileños expresen su voto en las urnas electrónicas.