SAO PAULO, 12 Jun. (Notimérica/EP) -
La primera manifestación del día en Sao Paulo contra el Mundial de Fútbol que se inaugura hoy se ha saldado con cinco heridos, tres periodistas y dos manifestantes, debido al uso de pelotas de goma y gas lacrimógeno por parte de la Policía Militar, según informa 'Folha de São Paulo'.
El enfrentamiento se ha producido a partir de las 10 horas de la mañana cerca de la estación de metro de Carrão, que ha tenido que ser cerrada debido a la protesta y a las cargas de la Policía. No es la única manifestación prevista para hoy.
Una segunda protesta también ha sido dispersada con gases lacrimógenos por la Policía. En este caso, Los agentes lanzaron gases lacrimógenos a un pequeño grupo de personas que protestaban contra el Mundial, que se habían vuelto a reunir tras ser dispersados, indicó un testigo de Reuters.
Imágenes de la televisión local mostraron a decenas de manifestantes encapuchados que huían de las fuerzas policiales.
Las protestas se desarrollaban a unas tres cuadras de los enfrentamientos previos en el este de Sao Paulo, cerca de una calle de acceso al estadio en donde se jugará más tarde el jueves el partido inaugural del Mundial.
También durante la mañana los trabajadores del metro se han concentrado frente al sindicato de la categoría, en Tatuapé, para pedir la readmisión de los 42 trabajadores despedidos por el Gobierno de Gerlado Alckmim, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) tras la huelga de metro.
Las protestas se producen a pocas horas de la inauguración del Mundial en el estadio Arena Corinthias (Itaquerão) con el partido entre Brasil y Croacia, previsto para las 17 horas, horario de Brasil.
El acto de protesta más próximo al estadio tendrá lugar en el asentamiento conocido como 'Copa do Povo' ('El Mundial del Pueblo'), situado en unos terrenos a 3,5 kilómetros de Itaquerão ocupados por el Movimiento de los Trabajadores Sin Techo.
El grupo impulsará partidos de fútbol simbólicos entre diferentes categorías de trabajadores que estos días han hecho valer sus reivindicaciones, como los trabajadores del metro, de los autobuses y los profesores.
En principio no saldrán a las calles gracias al acuerdo al que llegaron esta semana con el Gobierno, que finalmente accedió a construir viviendas sociales en los terrenos ocupados por el colectivo.