BUENOS AIRES, 29 Sep. (Notimérica/EP) -
Mafalda, aquella niña sarcástica que cautivó a lectores de todo el mundo con sus irónicos diálogos cargados de crítica mordaz, cumple este lunes 50 años y sus enseñanzas continúan hoy vigentes "porque la humanidad sigue cometiendo los mismos errores", ha destacado su creador, el dibujante Quino.
Se trataba de una crítica irónica al sistema capitalista que su creador consiguió trasladar a los hogares de medio mundo, gracias a la mirada, cargada de humor e inocencia, de esta niña de clase media que cuestionaba los razonamientos que le exponían los adultos.
Creada por Joaquín Salvador Lavado Tejón, más conocido como Quino, Mafalda comenzó siendo la protagonista de una campaña publicitaria de electrodomésticos para después convertirse en la niña irreverente y 'antisistema' que trascendió las fronteras de su tiempo.
"Me pidieron que creara un personaje para una campaña de publicidad de electrodomésticos y para ello busqué un nombre que fuese muy argentino. La temática anti-capitalista fue como una forma de hacerse perdonar por esos inicios tan capitalistas", aseguró Quino el pasado 24 de marzo, cuando fue homenajeado en el Salón del Libro de París, según informó la agencia de noticias argentina 'Télam'.
El dibujante trasladó su visión inconformista del mundo a través de un personaje que evidenciaba las incongruencias del sistema. Quino ofrecía una dura crítica a la realidad rodeada de humor, gracias a los planteamientos, aparentemente ingenuos, de esta niña de pelo negro y lazo rojo, a la que no le gustaba la sopa.
Su 50 cumpleaños viene acompañado de un sinfín de homenajes que recuerdan la vigencia de los reflexiones de Mafalda, que denunciaba la injusticia, la desigualdad y meditaba sobre los conflictos sociales o el modelo económico imperante en el mundo.
Un personaje cuyas historias se exponen durante estas semanas en el Museo del Humor y la Biblioteca Nacional de Buenos Aires, mientras su creador recibe una infinidad de reconocimientos como el Premio Príncipe de Asturias o la investidura como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Buenos Aires.
Las reflexiones de este personaje trascendieron su género y se instalaron en la sociedad, que adoptó como suyas muchos de los planteamientos de esta niña rebelde que criticó con humor el sistema económico imperante en el mundo.
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