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BUENOS AIRES, 2 Mar. (Reuters/EP) -
La erradicación de la violencia en el fútbol argentino será mucho más difícil de lo que fue terminar con los 'hooligans' en Inglaterra, según el encargado de la seguridad en los estadios de la federación inglesa, Chris Whalley.
Argentina sufre con la violencia relacionada con el fútbol originada por los denominados 'barrasbravas', miembros de pandillas que han ganado poder a través de una asociación con dirigentes de clubes y políticos.
"Si hay apoyo a los violentos no hay solución", dijo Whalley, director de la federación inglesa para la seguridad en los estadios, al diario argentino de deportes Olé (www.ole.com.ar).
"En mi país, los 'hooligans' eran antisistema que no tenían relaciones con los clubes o el Estado (...) Aquí el grado de connivencia parece importante, son parte del sistema. Con lo cual la única forma de acabar con ellos es cambiar el sistema. Eso sólo se puede hacer con decisión política y trabajo conjunto de todos los actores", agregó.
Los 'barrasbravas' controlan una parte del negocio del fútbol en Argentina, pues manejan la reventa de entradas, los estacionamiento de vehículos y los puestos de comida en las inmediaciones de los estadios.
También obtienen entradas gratis, a menudo a través de amenazas a dirigentes y jugadores.
Whalley dijo además que era increíble que más de un centenar de reconocidos 'barrasbravas' viajaran gratis a la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010 gracias a un acuerdo entre el Gobierno y la federación argentina.
"Eso es difícil de comprender. La clave para terminar con la violencia es lo contrario, expulsarlos de los estadios", comentó.