BUENOS AIRES, 15 Sep. (Notimérica/EP) -
El argentino Adolfo Bioy Casares se inmiscuyó como nadie en la literatura fantástica, llegando a ser un pionero de este género en Argentina. Un escritor que este lunes hubiese cumplido 100 años y cuyas novelas policiales y de ciencia ficción descubrían mundos imaginarios, que a menudo eran creados junto a Jorge Luis Borges.
Juntos escribieron hasta siete obras, bajo los pseudónimos de Honorio Bustos Domenecq, Suárez Lynch y B. Lynch Davis, en las que se mezclaban la ironía de Bioy Casares (1914-1999) con las divagaciones profundas de Borges. Sus novelas conjuntas fueron la máxima expresión de una amistad que comenzó a finales de 1931, cuando Victoria Ocampo presentó a ambos maestros de la literatura.
Galardonado con el Premio Cervantes en 1990, Bioy Casares quedó abducido por la estética surrealista y su obra se adentró como pocas en un mundo de fantasía, en el que destaca 'La invención de Morel', que es considerada su primera y más famosa novela.
Bioy Casares recibe, durante estos días, un sinfín de homenajes en su Argentina natal. Las películas basadas en sus obras y en las de Julio Cortázar, se podrán ver en el ciclo 'Diálogo de centenarios', que organiza el Museo del Cine de Buenos Aires, mientras que la Biblioteca Nacional lo recuerda en una serie de conferencias que se adentran en las diferentes etapas creativas de un autor, cuya maestría, dicen los críticos, fue eclipsada por la de su fiel amigo Jorge Luis Borges.
Su centenario ha servido para recuperar el legado que dejó el autor de 'Diario de la guerra del cerdo', y su obra completa ha sido reeditada en tres tomos, con ediciones escolares de algunas de sus novelas más laureadas, para tratar de hacer universal la magia de este genio de la literatura.
Un autor que además de cultivar el género fantástico, escribió numerosas novelas de amor, dejando entrever su carácter romántico y seductor en obras como 'Historias de amor' o 'La invención de Morel'.
Proveniente de una familia aristocrática, durante su juventud, Bioy se entregó a la lectura, compaginando esta actividad con los estudios de derecho y filosofía, que nunca llegó a terminar.
Pero, sin duda, fue Borges quien marcó su creación literaria y en parte, su vida. La férrea amistad que cultivaron durante casi cinco décadas, se puede descubrir en el libro que Bioy le dedicó al autor de 'El Aleph' y que llevaba por título 'Borges'. Una obra plagada de confidencias, reflexiones y secretos, que solo pudo ser publicada tras la muerte de ambos.
Un autor fundamental del siglo XX, cuyo centenario sirve para recuperar su legado y adentrarse en mundos ilusorios y mágicos que marcaron la literatura universal y que en Argentina supusieron el descubrimiento del género fantástico.
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