SÃO PAULO, 10 Jun. (Notimérica) -
La artista Ana Amália Barbosa sufrió hace 13 años un derrame cerebral que la dejó tetrapléjica, muda y disfágica (no puede masticar ni tragar), lo que no le ha impedido hacer vida normal, ya que acaba de defender su tesis de doctorado en la Universidad de São Paulo (USP).
La tesis ha dado lugar a un libro llamado 'Más allá del cuerpo. Una experiencia en Arte y Educación', y tiene la peculiaridad de que ha sido escrito a través de su mirada, ya que a través de sus parpadeos su ayudante y amigo Moacyr Simplício consigue interpretar lo que quiere decir y transcribirlo.
"Amalia se comunica con el parpadeo de los ojos, y a través de una tabla con letras podemos interpretar las palabras. También dispone de un mecanismo colocado en la barbilla donde con el movimiento de la mandíbula puede mandar códigos a un teclado virtual", explicaba a Notimérica su marido, Roberto.
La tesis de Barbosa se centró en el trabajo con seis niños con lesiones cerebrales a los que propuso trabajos en clase inspirados en la obra del artista francés Yves Klein, famoso por sus performances en las que modelos desnudas se embadurnaban de pintura y dejaban su marca rodando sobre los lienzos.
Los niños, en pantalones cortos, dejaron las marcas del movimiento sobre el papel y visitaron varios espacios culturales, en un intento de Barbosa de ir más allá de los típicos ejercicios de colorear un folio en blanco, según explica en el libro.
En el propio libro también confiesa cómo surgió la idea, muy relacionada con su experiencia vital, ya que partió del momento en que su médico la hizo ponerse en pie frente a un espejo, amarrada en una cama para que se viera de cuerpo entero.
"Hice un 'clic'. Tenía que estimular las percepciones sensorial, corporal y espacial de los niños. Tienen que tener dominio de su propio cuerpo, a pesar de que esté manipulado por otros. Eso es el principio de la autonomía", asegura la artista, que ahora está inmersa en el post doctorado en la misma universidad.