Actualizado 20/02/2015 21:46

¿Qué es la pobreza para un pobre?

Pobreza en El Salvador
Foto: PNUD

SAN SALVADOR, 20 Feb. (Notimérica) -

   El Salvador mantiene uno de los niveles de pobreza más altos en Latinoamérica que afecta a un 40,9 por ciento de la población, pese a registrar una reducción de un 4,4 por ciento entre 2013 y 2012, incidiendo en su mayoría sobre la niñez, razón por la que Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) junto al Gobierno del país iniciaron en 2011 un proceso para medir las barreras de la pobreza y entender dicho fenómeno.

   "La pobreza es no saber si se tiene para mañana", introduce el informe del PNUD con la percepción de la pobreza a través de quienes la sufren. Y prosigue con nuevas definiciones elaboradas por estos participantes para el personal de campo de Naciones Unidas en El Salvador:

    "La pobreza es vivir en lo más pésimo que puede haber, tener escasez pero de todo", señaló Rigoberto, de la comunidad de Santo Domingo en Guazapa.

   "Pobreza no es que yo no me pueda vestir, porque hay ropa barata. Es traer al mundo niños sin saber qué voy a darles de comer", enjuició una madre de la comunidad Chorro Abajo, del municipio de Izalco, en el departamento salvadoreño de Sonsonate.

   "¡Ah! Si tuviera maíz y arroz para un mes ¡fuera tan feliz! Ya no me sentiría pobre", exclamó Alcides de la comunidad de Altos del Matazano, en Santa Tecla, La Libertad.

   "Pobreza es no tener los recursos para poder comprar y satisfacer
nuestras necesidades. Pobreza es la escasez de trabajo, porque si no hay trabajo, no hay dinero. O hay trabajo, pero si no se tiene la educación, ni se logra", apreció Xiomara de la comunidad Santa Lucía, en San Julián, Sonsonate.

LA CALIDAD DE VIDA Y SATISFACCIÓN PERSONAL SON ELEMENTALES

    Las personas consultadas construyeron su definición en términos de las carencias mas elementales en sus vidas: la dificultad para encontrar alimento, el no contar con una vivienda digna, el carecer de un trabajo fijo, la inaccesibilidad a los servicios de salud, la inoportunidad a una educación de calidad ni a los niveles requeridos para lograr un trabajo y vida estables. Cuestiones indispensables para la vida que convierten el día en una nueva lucha y supervivencia perpetua en El Salvador.

   Naciones Unidas ha revelado en este documento información sobre cómo se sienten los salvadoreños acerca de sus condiciones de vida. A lo que un hombre procedente de la comunidad Chorro Abajo, del municipio de Izalco, en el departamento salvadoreño de Sonsonate, José, respondió que hay momentos en lo que uno se siente bien y otros en los que le invade la tristeza. "En la pobreza hay días buenos y días malos, al igual que para todo el mundo".

   Entre esos días malos, José destacó el día en que la lluvia acabó convirtiendo su vivienda en lodo de tierra, el momento en que prometió comida a su familia y no consiguió trabajo en una finca, o bien cuando tras perder un día en el centro de salud no fue atendido.

   Este nuevo enfoque de Naciones Unidades ha establecido la necesidad de complementar las mediciones tradicionales tanto de la pobreza como del progreso humano con variables que incluyan una diversidad de elementos relacionados con la calidad de vida, la felicidad y la satisfacción con la vida.

PADECER HAMBRE INCAPACITA A PROBAR NUEVOS ALIMENTOS

   Una de las responsables del programa, Carolina Rivera, ha incorporado su propio relato trasmitiendo cómo es el proceso de tener hambre. Así  compara esta necesidad con una estructura social: "Se mete en el inconsciente y se reproduce creando comportamientos irracionales como la incapacidad de probar alguno nuevo, padeciendo hambre". E introduce un diálogo transcurrido en 2012 a las 10:00 horas de la mañana, en la región de Izalco, El Salvador:

- "¿Quieren comer primero?", preguntó Rivera hacia un grupo de niños.
- "¡Si! ¡Tenemos hambre!", contestaron los participantes al unísono.

   Tras repartir el escaso desayuno meticulosamente racionado, la representante de la ONU fue consciente que un grupo considerables de niños apenas había mordisqueado el pan del refrigerio. Entonces esbozó una pregunta "tonta", a juicio de Rivera:

- "¿Y ustedes, no tienen hambre? Me miran como si no entendieran lo que les digo", dijo Rivera.
- "No nos gusta los 'crosans', sólo el pan francés (nombre del pan que se vende en la calle)", contestaron los niños.

   El país centroamericano registró una pobreza de 40,9 en 2013 respecto al 45,3 por ciento del año anterior; y la indigencia cayó 1,0 punto porcentual del 13,5 por ciento al 12,5 por ciento en el mismo período. Asimismo la pobreza infantil afectó a un 78,9 por ciento de la población en 2010 según ha recogido la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

   El Gobierno de El Salvador, junto al Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), más el apoyo del Gobierno del Gran Ducado de Luxemburgo y la ayuda prestada por la fundación TECHO, iniciaron en 2011 este trabajo de investigación en el terreno, mediante el contacto directo con los miembros de las comunidades que viven a lo largo del país en situación de pobreza.

CONCLUSIONES DE LOS AUTORES DEL INFORME

   Entre las conclusiones de los autores, destacan las siguientes advertencias: la necesidad de un lugar dónde abrigarse (vivienda); de procurar lo necesario para satisfacer las necesidades alimenticias (alimentación); de tener un medio que permita el sentirse útil, productivos y realizados (trabajo); de espacios donde jugar y poder recrearse (diversión); de disponer de un adecuado bienestar físico y mental (salud); de sentir la certeza y libertad de no ser sujeto a la violencia (seguridad); de tener el acceso al mundo de los conocimientos (educación); y de tener suficientes recursos económicos que faciliten el intercambio de bienes y servicios para satisfacer adecuadamente las distintas necesidades (ingreso).

   Aparentemente, ninguna sociedad rechaza el apoyo para solventar la pobreza. En la vida cotidiana- destaca el informe-, sí se manifiesta con actitudes y comportamientos donde no hay un reconocimiento mutuo respecto al otro.

   Albert Einstein solía decir que "no podemos resolver los problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos". Así lo ha interiorizado este programa e incorporado como modus operandi para frenar la lacra de la pobreza en El Salvador.