EL SALVADOR, 25 Abr. (Notimérica) -
Según los sindicatos de maestros, entre 2014 y 2016, en El Salvador han sido asesinados 29 profesores y 130 estudiantes. Estas cifras han ido aumentando año tras año. La situación en la educación y en las aulas salvadoreñas está siendo insostenible debido a que muchos alumnos portan armas blancas y de fuego. Además, hay padres de familia que se les vincula con pandilleros, que trafican con sustancias ilegales en los centro docentes.
Los datos de un informe de investigación sobre prevención de drogas y violencia elaborado para el Ministerio de Educación (Mined), entre 2009 y 2010, cuando el presidente de la República, Salvador Sánchez Cerén, era el ministro de esa cartera, muestran una grave situación de inseguridad, donde directores y maestros de diferentes centros educativos del país han tenido que ceder a las pretensiones y amenazas de las pandillas que dominan las zonas donde imparten clases a niños y jóvenes, incluyendo a los hijos de los propios maras.
Esta investigación se desarrolló en 98 centros escolares de San Salvador y La Libertad. En 2010 el informe propuso al Mined incorporar un sistema de delegaciones policiales frente a los centros de mayor peligrosidad debido a que proyectos como 'Escuela Segura', realizado por el gobierno salvadoreño con el objetivo de aumentar el nivel de seguridad en las escuelas de El Salvador, no había producido los resultados positivos que esperaban porque no existía ningún tipo de supervisión permanente, lo cual permitía el acceso de personas ajenas a las escuelas.
Se recomendó la prohibición o restricción de la señal de telefonía móvil, ya que son utilizados para coordinar redes de prostitución, pornografía infantil y distribución de drogas.
Según se recoge en el Diario salvadoreño 'El Mundo', este documento incluye el testimonio de la directora de uno de estos centros educativos que atestigua que eran conscientes de esas amenazas e infiltración de pandilleros para reclutar alumnos.
"Según la conversación con la señora directora, ha existido una negociación "no oficial" con miembros de pandillas, a quienes se les ha hecho ver que sus hijos o parientes estudian en el centro escolar, y por esa razón se solicita que no hagan desórdenes o pongan en riesgo el C.E. La anterior mediación ha surtido efecto y, pese a que la institución no tiene protecciones físicas adecuadas, se ha sabido mantener el orden", se lee en el informe trasladado al Mined.
En otros centros académicos, los maestros confesaron que tenían que poner sus calificaciones al gusto del alumno, de lo contrario, su vida corría peligro.
Wilber Escobar, quien coordinó esa investigación, mediante el proyecto denominado 'Prevención de Drogas y Violencia', cree que la situación no ha cambiado, incluso podría estar "peor", teniendo en cuenta la escala de homicidios registrada en el país.
El secretario de maestros de Bases Magisteriales, Paz Zetino, ha comentado que para poner a salvo sus vidas, los alumnos deben realizar una serie de concesiones; por ejemplo, estableció que en un instituto de San Salvador, un alumno ordena quién opina o no en un aula.
Agentes policiales de Ahuachapán reconocieron que en lo que va del 2016 existen más reportes de casos de estudiantes amenazados por pandilleros que operan en las inmediaciones de escuelas de los municipios de Atiquizaya, Jujutla y El Refugio.