RÍO DE JANEIRO, 5 Jul. (Notimérica) -
La victoria de una joven negra, Ana Luisa Castro, de 23 años y natural del estado de Sergipe como Miss Brasil 2015, el pasado fin de semana se consideró un hecho histórico, por ser la segunda mujer de color en conquistar el título en más de 50 años, una anomalía tratándose de un país multirracial como Brasil, que ha puesto de relieve de nuevo el racismo latente en estos concursos de belleza.
La alegría de Castro duró poco, porque apenas 24 horas después de ser coronada perdió el título al conocerse que no era soltera, uno de los requisitos del certamen. En cualquier caso, su no-triunfo ejemplifica las dificultades que aún tienen los negros en acceder a los espacios que definen los cánones de belleza, según explicaba a Notimérica el sociólogo Luiz Augusto Campos, del Instituto de Estudios Sociales y Políticos de la Universidad Estadual de Río de Janeiro (UERJ).
El concurso para elegir a Míster Brasil, que también se celebró el pasado fin de semana en Florianópolis, reunía a 42 candidatos, pero no había ni siquiera un representante negro. Según datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística, el 45,9% de los brasileños son blancos, el 43,1% se declara mulato o mestizo, el 7,6% son negros y el 0,9% tiene rasgos indígenas; una variada paleta de colores alejada del blanco monocolor de estos concursos, donde abundan los chicos y chicas con facciones más bien nórdicas.
Ni siquiera estados como Pará y Bahía, donde el 76% de la población se autodenomina negra o mulata, tienen representantes de color. La organización define Míster y Miss Brasil como "un evento original, con pruebas deportivas, talento, responsabilidad social, moda y belleza", pero no aclara por qué no refleja la variedad de la belleza brasileña.
En declaraciones a Notimérica, el presidente de la organización, Henrique Fontes, ha explicado que buscan a candidatos "completos, éticos y con belleza y garra interiores", y aunque destaca que la responsabilidad de elegir a los candidatos recae en los socios locales de cada estado subraya que el color de la piel "no interesa".
"Es verdad que existe un prejuicio con los rasgos negros dentro de la industria de la moda. Es una pena. Nosotros lamentamos y no apoyamos ningún tipo de prejuicio. Al contrario, nuestra organización lucha por la igualdad para todos", dice.
UNA VIEJA POLÉMICA
La polémica en torno a estos concursos de belleza no es nueva. En el caso de Miss Brasil, en casi 60 años de concurso sólo ha habido una ganadora negra, Deise Nunes, de Rio Grande do Sul, en 1984. Pero incluso cuando ganan las negras hay controversia, como cuando la mulata Fernanda Pessan venció Miss Espírito Santo hace dos años y al cabo de unos días apareció 'blanqueada' en la portada de un periódico local.
La cuestión racial en las pasarelas sigue siendo delicada: en 2013 la Río Fashion Week estuvo inmersa en una agria polémica después de que una ONG acusara a la organización de rechazar a modelos negras en los desfiles, lo que llevó a intervenir a la Defensoría Pública de la ciudad y a establecer una cuota mínima de 10% de modelos negros e indígenas.
Para romper los estándares tradicionales diversas iniciativas ciudadanas, sobre todo en los barrios más populares, celebran novedosos 'Concursos de la Belleza Negra', como el que se celebra cada año en Pavuna, Río de Janeiro, que más que una finalidad puramente estética tiene como objetivo trabajar hacia la igualdad, también en el mundo de la belleza.
A pesar de que los obstáculos para que la belleza negra domine los canales de comunicación masivos poco a poco se van rompiendo viejas dinámicas. Por ejemplo, la Reina Río 450 años -figura que celebra los 450 años de la fundación de Río de Janeiro-, Rafaella Lemes, no sólo es negra y tiene el pelo afro, algo aún hoy revolucionario, sino que procede de la favela Rocinha, una de las más pobres y grandes de Latinoamérica.