MONTEVIDEO, 4 mar (Reuters/Notimérica)
Montevideo, la emblemática capital de Uruguay, ha sido elegida la ciudad que mejor calidad de vida ofrece a sus habitantes de América Latina.
A pesar de que las ciudades latinoamericanas no aparecen en las primeras posiciones del ranking mundial elaborado por la consultora Mercer -de hecho hay que bajar hasta el número 79 de la lista- sí se sitúan por encima de la mayoría de metrópolis de los países asiáticos. Los primeros puestos están copados por ciudades europeas y de Estados Unidos, en el número
Por detrás de la capital de Uruguay aparece Buenos Aires, en la posición 91, seguida de Santiago de Chile (93), la Ciudad de Panamá (95) y San José, en Costa Rica (106).
Sin embargo, otras grandes ciudades latinoamericanas ocupan posiciones bastante inferiores de la lista, al igual que concurridos destinos turísticos del continente.
Así, Brasilia se ubica en el puesto 107, seguida de Río de Janeiro (119), Sao Paulo (120), Lima (124), Ciudad de México (126), Santo Domingo (135), Caracas (179) y La Habana (193).
Puerto Príncipe, capital de Haití, sigue sufriendo los estragos del devastador terremoto que sufrió en el año 2010, y aparece en el puesto 228.
VIENA, NÚMERO UNO MUNDIAL
Por su parte, Viena -capital de Austria- ha vuelto a ser elegida como la mejor ciudad para vivir de los 230 lugares escogidos para elaborar el ranking.
Con una población de 1,7 millones, Viena lidera la lista por sexto año consecutivo con su dinámica escena cultural, su amplio sistema de salud y unos costes de vivienda moderados.
La consultora manifestó que las ciudades alemanas y suizas también se han colocado bien en su clasificación de calidad de vida. Zúrich, Múnich, Dusseldorf y Fráncfort están dentro de las 10 primeras.
Bagdad, la capital iraquí, repite también posición pero como peor ciudad del mundo para vivir tras ser afectada por continuas oleadas de violencia sectaria desde la invasión de Estados Unidos en 2003.
La encuesta de Mercer ayuda a las compañías y organizaciones a determinar la remuneración y las condiciones de vida para su personal internacional. Utiliza una decena de criterios, como la estabilidad política, los servicios de salud, la educación, los índices de criminalidad, el ocio y el transporte.