BUENOS AIRES, 22 Dic. (Notimérica) -
El preso Henry Coronado, detenido por el presunto asesinato de su amante desde hace más de un año pasado en Villa Urquiza, Argentina, mató a su actual esposa ahorcándola con sus propias manos durante una visita íntima tras la cual se suicidó.
La esposa del preso, Elizabeth Yanina Aguirre, fue a visitar a su marido al penal junto a sus dos hijos de 14 y 6 años este miércoles. No fue hasta el período de despedidas, en el que los agentes ordenan a los presos formar en el patio, que los responsables del centro se percataron de la ausencia de Coronado.
Sin embargo, cuando lo hallaron en su celda ya era tarde. Los agentes lo encontraron muerto en la escena del crimen. Un feminicidio perpetrado dentro de los muros de la propia institución penal sin que nadie oyera ni un solo ruido.
Coronado, de nacionalidad boliviana, se hallaba en prisión preventiva en el momento del asesinato por un caso de feminicidio contra su amante, por el cual estaba aún a la espera de ser juzgado. Sin embargo, nunca se había registrado denuncias de malos tratos por parte de su esposa.
Su primera victima fue Leydi Meneses, con quien mantenía una relación extra matrimonial. Los indicios apuntan a que la última vez que fue vista con vida estaba subiendo al automóvil de Coronado hacia marzo de 2015. La mujer, que tenía tres hijos y había avisado de que volvería temprano a la mañana siguiente, no regresó, alarmando así a sus familiares que denunciaron la desaparición.
Los agentes de seguridad hallaron horas más tarde los restos de la joven con signos de haber sido golpeada en la cabeza en el automóvil de Coronado, estacionado cerca de unas vías a más de 20 kilómetros de Ranchillos, en la provincia de Tucumán.
Aguirre es la cuarta víctima de violencia machista esta semana de la que se tenga conocimiento. Justo este miércoles, el día de su asesinato, la Legislatura provincial declaraba la emergencia por violencia de género.
Durante el año 2015 fueron asesinadas 235 mujeres en Argentina, según el Registro Nacional de Feminicidios. Sin embargo, los casos como el de Aguirre, en los que el asesino se suicida y queda sin ser juzgado, no son contabilizados.