SAO PAULO, 22 Ene. (Notimérica) -
Durante más de cinco años, la brasileña Flavia Harpaz vivió un infierno. En 2008, dio a luz a su hija Samantha en Estados Unidos, donde ella y su por entonces marido, Mauricio Sadicoff, vivían.
Cuando la pareja estaba en proceso de separación, en 2009, Harpaz viajó a Brasil con su hija para visitar a su abuela materna. La orden judicial le permitía permanecer sólo dos semanas, pero ella se quedó con Samantha en el país hasta el día de hoy.
El padre de la niña decidió entonces apelar a la corte de Estados Unidos, que está basada en la Convención de La Haya y trata sobre el secuestro internacional de menores, para denunciar el secuestro de su hija por parte de su exmujer, según publica la revista Glamour de 'Globo'.
Hace un mes, Harpaz perdió la causa. El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) falló en favor de su exmarido, alegando que Harpaz cometió un error al quedarse en Brasil, junto con su hija, sin el permiso del padre, por lo que solicita que la custodia de Samantha sea de él.
Por su parte, Harpaz afirma que su exmarido es violento y la agredió en varias ocasiones física y verbalmente, motivo por el cual consiguió una orden de alejamiento para separarle de su hija.
Para tratar de revertir la situación y llamar la atención de la opinión pública, se ha creado la campaña #ficasamantha (apoya a Samantha) en las redes sociales.
El abogado Eduardo Rodolfo de Carvalho, que representa a la madre de la menor, confesó estar sorprendido de la postura de la Fiscalía General de la Unión (AGU, por sus siglas en portugués), que defiende los intereses de Mauricio Sadicoff en el TSJ.
"Es un caso anormal, la AGU está haciendo el papel de abogado particular. Los dos son brasileños, no es como el caso de Sean Goldman, en la que la madre había muerto y su padre era estadounidense", señaló el abogado.
Cuando se casaron, el sueño de Sadicoff era ir a vivir a Estados Unidos. Residieron en Florida durante seis meses y, cuando él perdió su trabajo, se trasladaron a un pequeño pueblo de Illinois, donde consiguió un nuevo empleo. Una vez allí, el deseo de Harpaz de volver a Brasil fue aumentando poco a poco, al mismo tiempo que su marido fue cambiando de comportamiento, por lo que ambos decidieron separarse.
El caso de Sean Goldman se refiere a un conflicto que implicó la custodia de un niño nacido en el año 2000 en Nueva Jersey, Estados Unidos, hijo de madre brasileña y padre estadounidense. La batalla legal comenzó en 2004 cuando retiraron de la vida del padre a su hijo sin autorización.
La sentencia del juicio tuvo lugar en 2009 con un fallo positivo para el padre, quien ahora tiene la custodia del niño. La familia brasileña aseguró que no renuncia recurrir a la Justicia para revertir esta decisión.
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