MADRID, 26 Jun. (Notimérica) -
Este domingo supo a viernes por la noche en el Wizink Center de Madrid. El "maestro del reggaetón" así lo quiso. Aunque apareció con 20 minutos de retraso, para todos los asistentes mereció la pena. El espectáculo que ayer hizo vibrar la capital española tenía nombre y apellidos (artísticos): Daddy Yankee.
Arrollador, imparable y con mucho ritmo apareció el cantante puertorriqueño en el escenario frente a más de 7.000 personas fanáticas de los ritmos latinos y con ganas de darle 'Hula Hoop' a sus caderas. Y ¡vaya si le dieron!
El artista abrió su concierto rodeado de un espectacular cuerpo de baile formado por bailarines y bailarinas interpretando 'Rompe' y presentando una escenografía muy "fogosa" y colorida.
Durante casi hora y media de espectáculo Yankee no paró de bailar, animar al público, agradecer por el cariño que siempre sentía en Madrid, "la capital que hace eco al mundo" y a todos los fanáticos procedentes de diversas partes del mundo desde Ecuador, hasta México, pasando por Colombia, Brasil, Costa Rica, Venezuela y muchos más países a los que nombró mientras improvisaba en mitad de sus temas.
Las 7.000 almas sonaban a una cuando Daddy Yankee decidió intercambiar los "papeles" en su conocidísimo tema 'Lo que pasó pasó'. En esta canción los artistas fueron el público y los fanáticos fueron Yankee y su equipo. El puertorriqueño pudo darse cuenta de hasta dónde llega el poder de su música.
También hubo tiempo para mostrar su apoyo a Venezuela cuando sacó una bandera en mitad del concierto. Tiempo además, para recordar sus grandes éxitos como 'La gasolina', 'Llamado de emergencia', 'Vaivén', 'Limbo', o 'Ella me levantó'.
Móviles arriba, manos de lado a lado con "el limpiaparabrisas", hasta que llegó la máxima euforia con su último éxito 'Despacito'. No había voz para seguir el ritmo, ya la cuerdas vocales se resentían, pero había ganas, muchas ganas de seguir disfrutando. Por eso, cuando el cantante se despidió entre confeti, aplausos y chillidos, el público no fue conformista.
Faltaba una más para poner el broche final a una noche de sudor, regguetón y baile. Al grito de "otra" y "Daddy", volvió a aparecer el artista para "rizar el rizo" con su 'rompe corazones'. En ese momento los rompió de verdad, pero de saltos y ritmo. El cantante, vestido de negro con gafas oscuras y cordones dorados en el cuello, desapareció por la parte de atrás del escenario.
Daddy Yankee tiene la fórmula para poner "patas arriba" un domingo, para ser cercano con sus fans y para traspasar sentimientos. 'El rey del regguetón', de nuevo, volvió a coronarse.