Actualizado 23/06/2016 21:58

Colombia y Venezuela, los países más inseguros de Iberoamérica

Violencia
REUTERS

   MADRID, 23 Jun. (Notimérica) -

   Las calificaciones generales del estado de paz en Colombia y Venezuela han empeorado ligeramente y a mayor velocidad respecto al año pasado, debido a la inestabilidad política, el aumento de los crímenes violentos y los bajos índices de seguridad y protección.

   El Indice de Paz Global 2016 (IGP) del 'Instituto de Economía y Paz', que mide la situación de paz en 163 países del mundo teniendo en cuenta 23 indicadores que miden la ausencia de violencia y el grado de seguridad y militarización, sitúa a Colombia y a Venezuela a la cola del ránking mundial, en los puestos 147 y 143 respectivamente.

   Colombia, que en los últimos días está viviendo un acercamiento al fin del conflicto armado que mantiene el país con la guerrilla de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) desde hace medio siglo, se encuentra estancada en las tasas de criminalidad, homicidios y violencia desde que las negociaciones de paz dieran comienzo en 2012.

   Además, a pesar de que existe una ligera mejora en el número de refugiados y desplazamientos en la región iberoamericana, sobre todo en Centroamérica, Colombia es el país con mayor número de desplazados internos del mundo, con 6,9 millones de personas alejadas de su territorio, según la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

   Por otro lado, la percepción de seguridad de la sociedad continúa siendo baja desde el 2012, con un ligero aumento de la sensación de riesgo en los últimos años. Esto se debe al bajo número de oficiales de seguridad y Policía, y a la pobre inversión en militarización.

   Esta tendencia también se aprecia en el resto de la región. Sudamérica, Centroamérica y El Caribe presentan los peores resultados en los indicadores relacionados con la seguridad y la protección, a excepción de Oriente Medio, el Norte de África y Estados Unidos.

   Por su parte, Venezuela ha empeorado en los últimos años, según varios indicadores que miden el nivel de violencia y la inseguridad. En el país han incrementado notablemente las manifestaciones y los crímenes violentos como consecuencia de la inestabilidad política, que impide que el país pueda soportar las necesidades de sus ciudadanos.

    El país, que se encuentra sumido en una crisis económica y social, ha visto un notable aumento de la violencia en lo que va de año. De hecho, Caracas fue considerada a principios de 2016 la ciudad más violenta del planeta, tras destronar a San Pedro Sula, en El Salvador, debido al aumento de crímenes y homicidios.

   Según datos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en la capital venezolana este año se contabilizaron alrededor de 120 asesinatos por cada 100.000 habitantes, con una media diaria de 14 crímenes, como resultado de la alta accesibilidad a las armas pequeñas y ligeras. En la región de Iberoamérica el uso de este tipo de armamento es cinco veces mayor al promedio mundial.

   "En las últimas décadas el mundo es menos pacífico", ha manifestado la directora del Instituto de Economía y Paz, Camila Shippa, en la presentación del informe.

   No obstante, la zona de Centro América y el Caribe ha experimentado el mayor progreso a nivel global, en concreto Panamá, que se ha colocado en el puesto 43 de la lista bajando 24 puntos el grado de violencia y criminalidad.

   Asimismo, Honduras, que durante cuatro años ha sido considerada el país mas peligroso del mundo, redujo en 2015 su tasa de violencia descendiendo a 56,7 asesinatos por cada 100.000 habitantes desde los 67,5 crímenes que se produjeron en 2014.

   Esto se debe a la preocupación por la seguridad interna, que se ha reflejado en un incremento de la militarización en los países centroamericanos y en una mejora de su estrategia militar contra el crimen.

   Sin embargo, los países del Triangulo Norte --Honduras, Guatemala y El Salvador-- todavía tienen que hacer frente al elevado número de refugiados y desplazados internos con los que cuentan, ciudadanos que tienen que huir de su territorio por el desbordamiento de la violencia y la presencia de las organizaciones criminales.