BOGOTÁ, 15 Mar. (Colprensa/Notimérica) -
Las negociaciones de paz entre el Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han traído consigo una disminución significativa de los enfrentamientos entre ambas fuerzas, sobre todo desde que el grupo guerrillero decretó un cese de hostilidades unilateral.
Investigaciones de entidades como el Centro de Recursos para el Análisis de conflictos (CERAC), reportan que en el último año en Colombia, específicamente en los últimos siete meses, se ha vivido el periodo de menor intensidad en 51 años de conflicto, en número de víctimas, combatientes muertos y heridos y acciones violentas.
Por ello, las FARC se han alejado del punto de mira del Ejército, quien ahora apunta sobre todo al Ejército de Liberación Nacional (ELN) y a bandas criminales.
Así se lo confirmó una alta oficial del Ejército: "Desde el mes de septiembre nos dieron una orden y es de no hablar nada que esté relacionado con las FARC. Ni siquiera se pueden seguir haciendo campañas de desmovilización en contra de esa guerrilla por las emisoras del Ejército".
Un claro ejemplo de lo que podría ser ese nuevo rumbo del conflicto son las Fuerzas de Tarea, las cuales fueron creadas, en su mayoría, con la misión de contrarrestar cualquier intención de avance de las FARC en las diferentes regiones del país. Incluso se habla de la desaparición de algunas de ellas.
La Fuerza de Tarea Nudo de Paramillo es una de las más importantes, y aunque fue creada para combatir a los frentes quinto, 18, 36 y 58 del bloque noroccidental de las FARC, ahora se concentra en el frente de guerra Jesús Ramírez Castro del ELN, y las bandas criminales como 'los Urabeños'.
Hasta hace unos meses, la sede principal de esta fuerza de tarea quedaba en la zona rural del municipio de Tierralta, Córdoba, una de las entradas al parque nacional Nudo de Paramillo. Sin embargo, fue trasladada a Caucasia, Bajo Cauca antioqueño, desde donde se manejan todas las operaciones contra los nuevos objetivos.
El Comando de Transformación Ejército del Futuro (COTEF), será la unidad encargada de adelantar toda la transformación en esa institución.
La principal misión de este comando, tal y como aparece en la pagina del Ejército, es "promover y liderar todas las iniciativas destinadas a transformar la institución, las relaciones, la estructura de mando y control, unidades de Combate y las capacidades del Ejército, teniendo como criterios de desarrollo, temas estratégicos, relaciones civiles-militares, transición y equipo pensando en la optimización de las áreas orientadas al Ejército 1.0, 2.0 y 3.0".
REESTRUCTURACIÓN
Para expertos en temas militares e incluso exintegrantes de la milicia, el futuro del Ejército y las Fuerzas Armadas de Colombia es una reestructuración, que incluso ya se está aplicando en el interior del Ejército.
Para el director de la Escuela de Cultura de Paz de la Universidad Autónoma de Barcelona, Vicenç Fisas Armengol, "Colombia tiene un gravísimo problema de criminalidad organizada, que debe combatirse apuntando a la corrupción generalizada y al clientelismo, y las vinculaciones de esa criminalidad con el narcotráfico".
Para cumplir con la tarea, se debe contar con buenos servicios de inteligencia y una policía especializada, "pero no es habitual que sea una responsabilidad de las Fuerzas Armadas. No se puede combatir esa criminalidad con aviones de combate ni con tanques". Por ello, Armengol apunta a la necesidad de distinguir las funciones del Ejército de las de la Policía.
Por su parte, el consultor internacional en seguridad y defensa John Marulanda, asegura que el cambio será sustancial y los divide en tres aspectos. El primero es un cambio de doctrina.
"Ya los propios mandos del Ejército han anunciado que va a ver un cambio, eso a mi modo de ver es coincidente con un requerimiento de las FARC en La Habana, que dijeron que era necesario que las Fuerzas Armadas cambiaran la doctrina contrainsurgente", explica.
El segundo también por modificar las estructuras funcionales del Ejército, que también fue anunciado "por los comandantes e incluso está en desarrollo. El Estado Mayor ya se reconfiguró con nuevas células, nuevas funciones".
El último cambio compite a un giro en las responsabilidades y funciones. "Las FARC también pidieron que el Ejército debe volver a custodiar las fronteras, que salga de la lucha contrainsurgente y el Gobierno está dando pasos en esa dirección", señala.
"La creación del Ministerio de Seguridad Nacional, a cargo de un policía y el énfasis que se les está dando a las actividades criminales terroristas o insurgentes así lo hace prever", concluye el director de la universidad.
Sobre el presupuesto, Vicenç Fisas Armengol, argumenta que el gasto militar se debe reducir para invertir en otras problemáticas sociales que sufre el país.
RETOS
Para el director de la Fundación Paz y Reconciliación, León Valencia, los cambios para el Ejército tendrán entre sus primeros retos prestarle vigilancia a las zonas de ubicación donde estarán los guerrilleros.
"Así como el Ejército fue organizado para la guerra, se puede organizar para la paz. Si se crearon unidades para enfrentar la guerrilla, se pueden crear unidades que puedan proteger los territorios donde estarían los guerrilleros concentrados después de una firma. La idea es que el Gobierno se de cuenta que la Fuerza Pública tiene que cambiar su rol", argumentó.
Según el analista, desde Cuba ya se está trabajando en una de las comisiones lideradas por alias Carlos Antonio Losada, de las FARC, y el general Javier Flórez, del Ejército, para encontrar la fórmula que permita que militares y guerrilleros puedan incluso trabajar de manera conjunta para brindar seguridad en zonas que históricamente fueron dominadas por ese grupo guerrillero.
Para Valencia, "no sería audaz que el Gobierno limite al Ejército a zonas fronterizas, ya que por la geografía del país hay áreas donde otros grupos delincuenciales aprovecharán para realizar actividades ilícitas y son puntos donde el Ejército debe actuar".