SANTO DOMINGO, 12 Oct. (Notimérica) -
El miedo, la preocupación y el racismo fue el detonante de uno de los hechos más crueles del gobierno de Rafael Leónidas Trujillo, dictador de la República Dominicana, contra el pueblo haitiano. Un método simple de identificación en el que se usaba una rama de perejil costó la vida de miles de personas, hecho que pocos recuerdan hoy.
Rafael Leónidas Trujillo (1930-1952) mantuvo una fuerte postura racista desde que accedió al gobierno en 1930, dirigida especialmente a los haitianos. El gobernante temía que la masiva entrada de estos supusiera la perdida de empleo, ya que se les usaba como mano de obra barata y era más rentable que contratar a un dominicano. Por ello se crearon nuevas leyes de inmigración y se deportaron a cientos de haitianos fuera de República Dominicana.
Sin embargo, al no existir una frontera claramente delimitada, la ley no podía evitar que ingresaran por ciertas zonas de la región. Trujillo, a raíz de esto, impulsó su plan de 'dominicanización' para solucionar el problema fronterizo y de inmigración. El gobernante encargó la eliminación de cualquier haitiano en el territorio, prestando especial atención a las zonas del noroeste de la región que estaban cerca de la frontera.
Así dio comienzo una persecución --iniciada en septiembre de 1937-- que acabó con cientos de vidas. Las tropas del dirigente debían buscar a cualquier haitiano y para identificarlos utilizaban un método sencillo. Los oficiales llevaban una rama de perejil y les pedían a las personas que pronunciaran en español la palabra.
Los haitianos hablaban créole, un criollo derivado del francés, por lo que no pronunciaban correctamente la letra 'r'. Esto era su condena de muerte, ya que tras ser identificados se les apartaba y ejecutaba fuera de la vista de los dominicanos. Por eso, este hecho es conocido como la Masacre del Perejil.
Para no implicar al gobierno como autor del hecho, las fuerzas de Trujillo utilizaron palas, machetes y diversos instrumentos que utilizaban los campesinos para que pareciera que había sido una disputa entre los labradores. El 12 de octubre de 1937, hace hoy 80 años, se terminó esta persecución por parte del gobierno, que dejó varios miles de muertos en el país.
El gobierno estadounidense obligó a pagar 750.000 dólares como compensación al pueblo haitiano por el cruel hecho, aunque nunca se efectuó dicha compensación. Actualmente no se sabe la cifra concreta de haitianos muertos en esta cruel masacre. Algunos historiadores estiman que pudieron morir desde 300 hasta 20.000, aunque la falta de grandes fosas comunes parece indicar que no se asesinaron a tantas personas.