MADRID, 17 Jun. (Notimex/EP) -
Pese a la necesidad de impulsar modernidad y nuevos aires en la Monarquía y en la política española, el rey Felipe VI mantendrá los mismos poderes de su padre, el monarca saliente Juan Carlos I.
En su discurso de abdicación, el día 2 pasado, el todavía rey Juan Carlos aseguró que "hoy merece pasar a la primera línea una generación más joven, con nuevas energías".
Una generación, sostuvo, decidida a emprender con determinación las transformaciones y reformas que la coyuntura actual está demandando y a afrontar con renovada intensidad y dedicación los desafíos del mañana.
Sin embargo, ya se ha descartado una próxima reforma constitucional que modifique u otorgue nuevas funciones al futuro jefe del Estado, informaron fuentes oficiales.
El hoy aún príncipe de Asturias, Felipe de Borbón y Grecia se convertirá este jueves en el nuevo rey de España tras la abdicación del rey Juan Carlos anunciada el pasado 2 de junio y que se materializará este martes.
De acuerdo con fuentes consultadas, "no se prevé ninguna reforma de esta materia, por lo que se mantienen igual las funciones de representatividad, moderación ante los poderes públicos y mediadoras o como árbitro para facilitar consensos".
La Constitución Española establece en su Título II, artículos 62, 63, 64 y 65 las facultades del rey, en la mayoría de los casos como funciones formales, pues el artículo 64.2 precisa que "de los actos del Rey serán responsables las personas que los refrenden".
El artículo 56.3 establece que "la persona del rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad".
El artículo 62 precisa que corresponde al rey: sancionar y promulgar las leyes; convocar y disolver las Cortes Generales y convocar elecciones en los términos previstos en la Constitución; convocar a referéndum en los casos previstos en la Constitución.
Asimismo, proponer el candidato a presidente del gobierno y, en su caso, nombrarlo, así como poner fin a sus funciones en los términos previstos en la Constitución; nombrar y separar a los miembros del gobierno, a propuesta de su presidente.
El monarca también debe expedir los decretos acordados en el Consejo de Ministros, conferir los empleos civiles y militares y conceder honores y distinciones con arreglo a las leyes; puede ejercer el derecho de gracia sin autorizar indultos generales.
El rey tiene el mando supremo de las Fuerzas Armadas, y el alto patronazgo de las Reales Academias.
El artículo 65 establece que es facultad del rey recibir el presupuesto que le asigna el Parlamento a la Familia y Casa Real, "distribuirlo libremente", y "nombrar y relevar libremente a los miembros civiles y militares de la Casa Real".
De acuerdo con las fuentes consultadas, nada de esto cambiará pese a que el apoyo al rey de España, Juan Carlos de Borbón, cayó en el último año, según diversas encuestas.
Desde principios de año, el diario El Mundo aseguró que el rey Juan Carlos recibiría un 41.3 por ciento de respaldo, frente al 50 por ciento del año pasado.
El periódico explicó que la encuesta, realizada del 28 al 31 de diciembre del año pasado dio como resultado que solo el 49.9 por ciento apoya a la monarquía como forma de Estado, frente al 53.8 por ciento de la encuesta publicada en enero de 2013.
Tan solo una semana después del anuncio de la abdicación, ese rotativo publicó otra encuesta en la que aseguró que un 55.7 por ciento apoya la Monarquía como mejor forma de Estado para España y el 73 por ciento cree que Felipe VI será buen rey.
En tanto, según los datos de Metroscopia para El País, la mayoría de los españoles espera que en algún momento haya un referéndum sobre la Monarquía, aunque apoya la abdicación del rey Juan Carlos y considera acertada la forma utilizada y el momento elegido.
Un 62 por ciento de los encuestados se mostró a favor de convocar al referéndum, mientras que casi la mitad, el 34 por ciento, se manifestó en contra.
Lo que es un hecho es que aunque el rey Juan Carlos fue símbolo de reconciliación y modernidad para españoles, la Monaquía vive una acelerada pérdida de popularidad que se acentuó con la revelación de que el moncarca se rompió la cadera durante un viaje de cacería a Botswana en abril de 2012.
Esto, en medio de la fuerte crisis económica y elevado desempleo.
En medio de la situación económica de los últimos años, también se cuestionó la fortuna familiar, así como la falta de transparencia, por lo que el proyecto de Ley de Transparencia del gobierno de Mariano Rajoy incluyó a la Casa Real como institución sujeta a su cumplimiento.