NUEVA YORK, 14 Jul. (Notimérica) -
El Gobierno de Puerto Rico mantuvo este lunes su primera reunión con los acreedores de la Isla que tienen al país en una complicada situación, y abogó por renegociar lo que debe el Estado Libre Asociado, unos 73.000 millones de dólares, pero también porque el "sacrificio sea compartido".
Así lo explicó el gobernador de la Isla, Alejandro García Padilla, quien señaló que la reunión celebrada este lunes en Nueva York es el "primer paso" de una amplia agenda para encontrar soluciones a los profundos problemas fiscales que enfrenta la Isla en estos momentos.
Según informó el Gobernador a través de las redes sociales, en la reunión, en la que se presentó a los miembros de la comunidad inversora el recién publicado informe Krueger sobre la situación fiscal de Puerto Rico, el Gobierno boricua ha pedido que todo el proceso de renegociación de la deuda se lleve a cabo "con transparencia".
La reunión con los acreedores contó con la presencia de García Padilla; el Ministro de Gobernación, Víctor Suárez; la presidenta del Banco Gubernamental de Fomento para Puerto Rico (BGF), Melba Acosta Febo; y representantes del denominado Grupo de Trabajo para la Recuperación Económica, creado ante la grave crisis fiscal que atraviesa el Estado Asociado.
Y es que, sin acceso al mercado de Wall Street para emitir nueva deuda, "la capacidad de la isla para cumplir con los pagos del servicio de la deuda depende en parte de la voluntad de los inversionistas en realizar un intercambio de bonos", según un análisis del Servicio de Investigaciones del Congreso.
Esa ha sido una de las alternativas bajo estudio del Banco Gubernamental de Fomento (BGF), que analiza con varios de sus acreedores realizar un intercambio de bonos en caso de que el agente fiscal no pueda pagar unos 140 millones de dólares en notas que vencen el próximo 1 de agosto, reveló la semana pasada el diario puertorriqueño El Nuevo Día.
MANIFESTACIÓN.
Mientras representantes de la Administración puertorriqueña y acreedores se reunían este lunes en las oficinas de CitiGroup en Manhattan, un grupo de medio centenar de personas se manifestaba frente a la sede del banco para llamar la atención respecto de que el aumento de la deuda no es ninguna solución.
El Movimiento Socialista de Trabajadores de Puerto Rico en Nueva York; representantes del United Confederation of Taíno People --la sede neoyorquina del Partido Independentista Puertorriqueño--; y la Iniciativa de la Juventud Puertorriqueña del grupo UPROSE, fueron algunos de los grupos presentes en la manifestación.
"Estamos aquí porque este también es nuestro problema", dijo Cynthia Moices de UPROSE. "Los jóvenes no se están mudando a los Estados Unidos porque quieren, si no porque están siendo forzados por la realidad económica", añadió, según recoge El Nuevo Día, que señala que el sentir general de los manifestantes era de enfado ante la "ineptitud" de "las políticas neoliberales" que se han implantado en la Isla.
Durante la protesta se ondearon banderas de Puerto Rico, se levantaron pancartas con frases como "Puerto Rico no está a la venta" y "El ELA (Estado Libre Asociado) es una alcancía rota", y los manifestantes utilizaron máscaras del personaje de películas de horror Freddy Krueger, en alusión al nombre del informe.
PLAN FISCAL Y DE DESARROLLO.
Con carácter previo a la reunión, García Padilla dijo que asegurar la "salud económica y la sostenibilidad" de Puerto Rico a largo plazo requerirá de una combinación de "soluciones abarcadoras a los profundos problemas fiscales" que enfrenta la Isla en estos momentos, y ha asegurado que su Gobierno tiene el compromiso de mantener conversaciones "con todas las partes con interés en la Isla".
Al respecto indicaba que la reunión del Grupo de Trabajo con los acreedores "es uno de los primeros pasos en ese proceso".
El Grupo de Trabajo, liderado por Víctor Suárez, Melba Acosta, César Miranda y los presidentes del Senado y la Cámara, Eduardo Bhatia y Jaime Perelló, respectivamente, tiene la encomienda de preparar, en coordinación con la rama legislativa, un plan fiscal y de desarrollo económico a largo plazo.
Así, establecerá los parámetros de dicho plan con miras a balancear los presupuestos en todas las esferas del Gobierno para finales del periodo de ajuste. Además, el plan delineará propuestas específicas para mejorar y diversificar la economía, reducir los costos de hacer negocios y garantizar el desarrollo de la economía de la Isla y la estabilidad de sus finanzas a largo plazo.
Esto incluye fomentar la colaboración con el sector privado para proveer servicios que actualmente provee el sector público; promover reformas económicas y fiscales estructurales diseñadas para fomentar el desarrollo económico, que podrían incluir cambios en las leyes laborales y de bienestar social del Estado Libre Asociado; reformas adicionales al sistema contributivo para aumentar los ingresos, incluso en los sistemas de contribuciones corporativas y sobre la propiedad; e implantar recortes adicionales en los gastos.
El plan preparado por el Grupo de Trabajo perseguirá también garantizar que se ajuste la carga de la deuda agregada de Puerto Rico para que pueda ser repagada en términos sustentables mientras se garantiza que se honren los pagos de las pensiones a largo plazo y que se mantengan los servicios esenciales al pueblo de Puerto Rico.
El Grupo de Trabajo tiene además la responsabilidad de diseñar y crear la Junta Fiscalizadora que, "más allá de consideraciones políticas", debe garantizar que se haga frente a los compromisos acordados durante el proceso de restructuración. Está junta tendrá que llevar a cabo sus responsabilidades de manera ininterrumpida trascendiendo los ciclos electorales.
"ESPIRAL MORTAL".
El pasado 28 de junio, el gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla, reconocía en una entrevista concedida a 'The New York Times' que la deuda de la isla es "impagable" y advertía que era el momento para sacar a la isla de la "espiral mortal" en que la que están envueltas sus finanzas.
Uno de los principales problemas a los que hace frente Puerto Rico es la cuestión de los bonos, que se intensificó también hace varios años cuando el precio de los mismos cayó y se produjo la venta masiva por parte de inversores mayoritariamente estadounidenses.
En este punto entran en juego los fondos 'buitre', inversores que buscan adquirir activos a un precio muy bajo en situaciones consideradas de riesgo o cercanas a la quiebra.