BOGOTÁ, 22 Jun. (Notimérica) -
La actividad terrorista que mantienen en Colombia los guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y otros grupos como el ELN, no solo cuestan vidas, también someten al país a un constante desangre de dinero.
Siendo Colombia un país petrolero, los ataques a estas infraestructuras tienen un elevado coste para las arcas del estado y de las empresas del sector.
El oleoducto colombiano Caño Limón-Coveñas, el segundo más importante de Colombia, ha sido blanco de varios ataques, el último, el pasado 6 de junio cuando Ecopetrol tuvo que suspender el bombeo a causa de un atentado con bomba.
Y recientemente, en la localidad de Putamayo, guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia ordenaron derramar más de 750.000 litros de crudo.
Para mitigar el daño ambiental, las firmas operadoras han tenido que pagar cerca de 3 millones de dólares. No obstante, por ataque los cálculos señalan que como mínimo se deben pagar 150.000 dólares, informa Colprensa.
Al igual que este año, en 2014 los atentados terroristas contra la infraestructura petrolera de Colombia se centraron en la voladura de oleoductos y el derrame de petróleo, lo que para las empresas extractivas significó un aumentó drástico en el monto destinado a reparaciones. El año pasado la cifra llegó a 142.140 millones de pesos (unos 56,8 millones de dólares) por 136 atentados terroristas que hubo.
Según el estudio de la Cámara Colombiana de Bienes y Servicios Petroleros (Campetrol), a pesar de que se ha visto una tendencia a la baja en el número de ataques guerrilleros, pasando de 228 en 2013 a 136 en 2014, y 25 en lo que va de 2015, la cifra de cada reparación se ha incrementado un 350 por ciento.
Así, mientras hace dos años se destinaron 39.959 millones de pesos (casi 16 millones de dólares) a las reparaciones, el año pasado la cifra llegó a 142.140 millones, es decir 1.045 millones de pesos (418.000 dólares) por cada atentado.
Solo en los dos primeros meses de 2015 se destinaron 500.000 millones de pesos (unos 200 millones de dólares).
¿POR QUÉ AUMENTAN LOS COSTES?
El hecho de que cada vez los atentados cuesten más dinero se debe a que cada vez son más fuertes y continuos los daños que sufre el sistema nacional de transporte de crudo.
"En los costos que valorizamos está la pérdida de hidrocarburos. Es decir, acá tenemos en consideración algunos costos asociados al crudo que se derrama por ataque, que en promedio son 17.000 barriles por día", explicó Daniel Pardo, subdirector económico y sectorial de Campetrol.
En el análisis también tienen en cuenta los costos asociados a los bienes y servicios en los que se incurren para la reparación de la tubería y los costos sociales que se generan, ya que muchas veces las comunidades no dejan entrar a las empresas para hacer las reparaciones.
"Para recoger el crudo hay que hacer un encierro, buscando que no se disperse, después hacer las excavaciones, luego hacer piscinas para limpiar el lugar y poner el crudo ahí. También se necesita movilizar personal, maquinaria, el nuevo tubo, pernos y válvulas", explica Santiago Suárez, analista financiero de PSI, quien destaca que "obviamente eso no tiene en cuenta los costos de seguridad del lugar porque es posible que hagan atentados nuevamente".
A los costes en los que tienen que incurrir las empresas también hay que sumar lo que cuesta sacar el petróleo por carrotanques cuando se llega al límite de almacenamiento, el cual eleva los costos hasta cinco veces, ya que el transporte por oleoducto cuesta cerca de 6 dólares por barril, mientras que por carrotanque es de 30 dólares.