LIMA, 15 Abr. (Notimérica) -
César Vallejo murió en París, donde vivió más de 15 años, un día como hoy de 1938. Vallejo abarcó prácticamente todos los géneros literarios, desde el ensayo y la prosa, pasando por la poesía y el teatro y acabando en la docencia, la traducción y el periodismo.
El modernismo le cogió por sorpresa cuando empezaba a escribir, igual que a otros coetáneos como Rubén Darío o Julio Herrera. El modernismo se creó como una proyección del simbolismo francés cuyo ejemplo e influencia venía de autores como Rimbaud o Baudelaire. Es importante destacar que éste fue el primer movimiento cultural y espiritual que alcanzó su total madurez en latinoamérica.
César Vallejo siguió los preceptos del modernismo durante las primeras décadas del siglo XX para luego transitar por otras vanguardias y la literatura comprometida. Los temas a los que recurría con frecuencia reflejaban una personalidad y sensibilidad exacerbada que no dejaban de torturarle, buscando siempre respuestas a sus inquietudes metafísicas, religiosas y sociales.
'Los heraldos negros' se publicó en 1918 y fue su primer poemario, donde todavía apreciamos la influencia del decadente modernismo. En él, vemos elementos que volveremos a encontrarnos posteriormente como la solidaridad con el hombre pobre y la rebeldía contra la sociedad.
Viajó a Europa con rumbo a París después de publicar su primer novela, 'Fabla salvaje', y los cuentos 'Escalas melografiadas'. Allí conoció a artistas de la talla de Juan Gris y escritores como Vicente Huidobro y Pablo Neruda. Viajó a España y Rusia, expediciones que le dieron otro punto de vista y que le sirvieron de inspiración para futuros poemarios donde denunciaría, de nuevo, la desigualdad humana entre clases y la explotación.
'Poemas humanos' y 'España, aparta de mi este cáliz' se publicarían tras su muerte pero son, a día de hoy, las obras más representativas de toda su trayectoria. La primera es principalmente una oda a la intimidad lírica y a la conciencia mientras que la segunda es un poemario sobre lo ridícula que fue la guerra civil española, su compasión por los que la sufrieron y su fraternidad por este país.
La poesía y prosa de César Vallejo es en sí misma su propia limitación ya que alcanzó grandes niveles de honestidad hablando por y para el pueblo. Sufre de una duda constante, siempre imperfecto y audaz se convertiría más tarde en una explosión de versos en los que las formas tradicionales se olvidaron para siempre.