BUENOS AIRES, 4 Ago. (Notimérica) -
El Papa Francisco llegó a decir de él que "recibía pedradas por predicar el Evangelio y derramó su sangre por ello". Siempre al lado de los más pobres, tal día como hoy hace 41 años, el obispo católico Enrique Angelelli fue asesinado bajo la dictadura de Rafael Videla.
Hijo de inmigrantes italianos, nació el 14 de julio de 1923. Se hizo seminarista antes de cumplir la mayoría de edad y pronto fue ordenado sacerdote. Estudió Derecho Canónico y ejerció como profesor en diversas universidades.
Con un estilo llano, directo, y con ideas un tanto progresistas, abogó por una posición neutral con respecto a la política. Por esta razón fue nombrado obispo de la Archidiócesis de Córdoba. Desde allí, alentó a la organización sindical y la formación de cooperativas entre los campesinos.
Trabajando siempre para los más pobres, realizaba liturgias en lugares rurales y en las minas para que los trabajadores pudieran acudir. Se fue involucrando, poco a poco, en las actividades de los obreros, comenzando a ser molesto para determinados sectores.
Acusado de comunista y de agitador social, Angelelli comenzó a sentirse perseguido. El derrocamiento de Isabel Perón y el comienzo de la llamada Reorganización Nacional, inició una caza indiscriminada contra religiosos y civiles, que terminó con un número de víctimas todavía desconocido.
DE ACCIDENTE DE TRÁNSITO A ASESINATO
El 4 de agosto de 1976, el padre Arturo Pinto y Angelelli regresaban de una misa en honor a dos sacerdotes asesinados. Mientras regresaban a Córdoba por carretera, dos coches se pusieron a su lado y chocaron contra ellos.
Pinto, único testigo del hecho, relató que, al despertar, encontró al obispo muerto con múltiples golpes en la cabeza. Durante años, la muerte de Angelelli fue enmascarada, tildándola de accidente de tránsito. No fue hasta el año 2009 cuando se reabrió el caso.
Luis Fernando Estrella y Luciano Benjamín Menéndez fueron condenados a cadena perpetua. Otros acusados, tales como el dictador Rafael Videla, habían fallecido hacía tiempo. El Papa Francisco aportó pruebas decisivas para el juicio, mandando cartas personales del obispo.
Aunque muchos años después, la justicia determinó que Enrique Angelelli fue una víctima más del terrorismo de Estado. La práctica de una cruel dictadura que tiñó de sangre toda Argentina.