Actualizado 13/04/2018 13:34

Eduardo Galeano, el poeta de los de abajo

Uruguayan writer Eduardo Galeano gestures at his favorite pub "Cafe
Brasilero"
REUTERS / ANDRES STAPFF

   MONTEVIDEO, 13 Abr. (Notimérica) -

   Nos dejó hace solo tres años y, cómo explicar, con palabras ilustres y meritorias, la vida y obra del uruguayo Eduardo Galeano. Aquel escritor que dedicaba sus libros dibujando un "chanchito" y que nunca pretendió ser reconocido a nivel mundial. Dijo que ser neutral no era una opción, siempre prefirió la izquierda más primitiva y hasta el final de los días lo demostró.

   Aprendió a ser todos los oficios menos el de escritor. Dejó la escuela y aprendió a escribir escuchando a los contrabandistas hablar en los cafés. Fue el espejo de los de abajo porque él también estuvo allí y no fue como Cortázar, a quien la naturaleza misma le hizo crecer. Fue un empoderado y un emperdernido de la izquierda, la injusticia, la educación, la desigualdad, los políticos vitalicios y los dogmas casposos.

   Eduardo Galeano aparte de ser una lista de libros es una personalidad, ¡y vaya con la personalidad! Luchó en la batalla ideológica de la verdad, sin piedad escribió 'Las venas abiertas de América Latina', libro imprescindible para nosotros, libro espantosamente joven para él. Pero así, hasta equivocarse vale la pena.

   Critica a los políticos redondos, aquellos que solo dan vueltas en busca de su ombligo y permitió a todas las clases sociales leer sus obras porque una de las características más importantes de su obra es la facilidad de lectura. Así, saber adecuarse a las clases sociales es un magnífico ejemplo de conciencia obrera y sobre todo, de responsabilidad colectiva.

   Era de los que piensan que otro mundo es posible, un mundo que costará el esfuerzo de todos parir pero por el que merece la pena luchar. Devolvió la nacionalidad que habían robado a los jóvenes latinoamericanos y les permitió volver a las plazas porque ellos son "los ojos de la democracia".

   Galeano rechazó en una entrevista preguntarse por el futuro de las protestas y movimientos sociales que están ocurriendo en el mundo a lo que respondió que lo que importa es lo que esta pasando, el presente porque "estos movimientos son como el amor, infinito mientras dura".

   Por eso, estuvo toda su vida luchando para que el infinito permanezca.