LA HABANA, 16 Jul. (Notimérica) -
Su sonrisa, los vestidos extravagantes y "azúcar" como grito de guerra se convirtieron en las señas de identidad de Celia Cruz. La cantante cubana murió tal día como hoy hace cuatro años, pero su legado sigue intacto, recordándola como una de las mejores voces iberoamericanas de todos los tiempos.
'La Reina de la Salsa' nació en 1925 en el seno de una familia humilde. Cuidó de sus hermanos y de sus primos desde pequeña, mientras su familia trabajaba por sacarlos adelante. Ella se encargaba de entretenerles y dormirles, por lo que empezó a bailar y cantar. Pese a que su madre veía potencial en su voz, su padre la obligó a estudiar magisterio.
Ingresó en el Conservatorio Nacional de Música antes de acabar la carrera de maestra y comenzó a participar en diversos programas radiofónicos, haciendo gala de su particular timbre y desparpajo. Viajó por Venezuela y México grabando algunas canciones, pero la fama le sobrevino a partir de 1950 cuando ingresó en 'Sonora Matancera', una orquesta popular que continúa activa. Allí también conoció al que sería su marido por más de cuatro décadas, Pedro Knight.
Pese a que sus inicios no fueron buenos, no cejaron en su empeño y siguieron grabando discos. La Revolución Cubana les sorprendió en una gira por México. Fidel Castro, erigido como dictador, les prohibió la entrada en la isla, ganándose el desprecio de la cantante de por vida. Debido a esto, Cruz no pudo visitar a sus padres enfermos ni estar presente en sus entierros. Mientras, América y Europa se rendían a sus ritmos latinos.
En 1965 se asoció con Tito Puente, afamado percusionista, grabando cinco álbumes en solitario. Realizó giras por todo el mundo, llegando a todos los continentes. La actuación ofrecida en 1987 en Santa Cruz de Tenerife (España) sigue manteniendo el Récord Guinness como el concierto al aire libre con mayor afluencia de público.
La carrera de 'La Guachera de Cuba' no se limitó únicamente a la música. Participó también en diversas telenovelas, como 'El alma no tiene color'; y películas, como 'Una gallega en La Habana' y 'Los reyes del mambo'.
Tras una actuación en Ciudad de México en 2002, comenzó a perder el control del habla, detectándosele un tumor cerebral. Pese a su enfermedad, siguió ofreciendo conciertos y acudiendo a galas sin perder la vitalidad hasta en final de sus días.
Cruz falleció el 16 de julio de 2003 en su casa de Nueva Jersey (Estados Unidos). Dejó tras de si 50 años de carrera musical donde le dio tiempo a grabar 70 álbumes y más de 800 canciones. Además, consiguió 23 discos de oro y cinco Grammy.
Sus letras son reconocidas a nivel mundial, así como sus peinados imposibles, sus altos tacones y sus vestidos brillantes y extravagantes. Sin embargo, el mayor legado de Celia Cruz fue la positividad que siempre demostró, recordando su: "no hay que llorar, que la vida es un carnaval".