SAO PAULO, 26 May. (Notimérica/EP) -
El Ministerio de Justicia de Brasil ha prohibido el jueves la entrada en el país a los extranjeros "condenados o involucrados en denuncias relacionadas con pornografía o explotación sexual de niños y adolescentes", según ha informado la Agencia de Noticias Brasileña EBC. El día anterior una nueva ley sancionada por la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, tipificaba a la explotación sexual infantil como delito hediondo.
Pese al avance que supone dicha tipificación de estas prácticas sexuales, la pena máxima a que se podrá condenar a los implicados en el delito de la explotación sexual, será de 10 años.
Para poder cumplir con la prohibición aprobada el jueves, los agentes de inmigración brasileños consultarán con las bases de datos de la Interpol, la Policía Federal y las denuncias hechas al 'Marque 100'(servicio telefónico de la Secretaria de Derechos Humanos en Brasil que registra denuncias de explotación sexual de niños y adolescentes y que recibirá un refuerzo del 25 por ciento en los operadores para el Mundial de Brasil).
A escasas dos semanas de la celebración del Mundial de Fútbol 2014, no sólo las obras inacabadas son objeto de crítica para la opinión pública. Brasil ha tenido siete años para preparar esta cita deportiva que, lejos de destacar las bondades del país, está dejando al descubierto sus problemas.
A causa este encuentro deportivo, se espera que con la llegada de 600.000 turistas extranjeros y el desplazamiento interno de tres millones de brasileños por las 12 ciudades sede del Mundial, llegue también el indeseado incremento de la prostitución infantil.
LA EXPLOTACIÓN SEXUAL INFANTIL EN DATOS
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) considera, en la Convención Sobre los Derechos del Niño, que un niño es "todo ser humano desde su nacimiento hasta los 18 años de edad, salvo que haya alcanzado antes la mayoría". Sin embargo, en Brasil, se han estado vulnerando al menos cuatro de los artículos de dicha convención, entre los que figura el número 34: "Los Estados Partes se comprometen a proteger al niño contra todas las formas de explotación y abusos sexuales".
La Organización Internacional del Trabajo (OIT), define la explotación o trabajo infantil como "aquel que priva a los niños y adolescentes de su infancia, potencial y dignidad, y que es nocivo para su desarrollo físico y mental". Además, dicha explotación intervendrá, también, en la escolarización de los niños. Entre las distintas formas de explotación infantil, figura la explotación sexual comercial y la trata de niños, niñas y adolescentes.
La prostitución infantil no se extiende a todo el país, ni a todas las clases sociales, de hecho, la fiscal brasileña Antonia Lima Sousa ha explicado que uno de los problemas es que "son niñas que vienen de la extrema pobreza, la cultura de la exclusión social y la tradición de una profunda falta de respeto por las mujeres".
Esta descripción que ha facilitado la fiscal señala de forma clara que muchos de los problemas existentes hasta el momento han tenido lugar en las zonas más pobres y turísticas, donde las habitantes emplean sus cuerpos para salir adelante a través del turismo sexual que llevan a cabo los turistas procedentes de todas partes del mundo, atraídos, en muchos casos, únicamente por estas prácticas ilegales.
Es, de hecho, este posible turismo sexual que puede traer consigo la celebración del Mundial de Fútbol 2014, lo que ha alarmado a las autoridades y les ha llevado a poner en marcha planes de prevención y lucha contra estas prácticas.
UN PROBLEMA LEGAL
Pero el problema en Brasil no está únicamente en las prácticas ilegales a que han de recurrir las poblaciones más pobres, ya que dentro de las legales también lo hay: no existe regulación alguna de la prostitución a través de ninguna norma jurídica y esta práctica no se considera delito.
Esta no regulación de la prostitución ha logrado que la ley ya no tenga peso frente a la realidad, pues en 2012 el Tribunal Superior de Justicia exculpó a un acusado de violar a tres niñas de 12 años bajo la presunción de que éstas se dedicaban a la prostitución. La jueza encargada del caso determinó que "las víctimas, en la época de los hechos, lamentablemente estaban lejos de ser inocentes, ingenuas, inconscientes o desinformadas respecto al sexo".
La sentencia añade que "aunque sea inmoral y reprobable la conducta practicada por el acusado, no quedan configurados los tipos penales por los que ha sido denunciado", haciendo evidente la necesidad de un cambio en las leyes vigentes.
Brasil no dispone de datos sobre la explotación sexual infantil en el país, pero el 'Marque 100' registró 124.000 denuncias sólo en 2013 que aludían a violaciones de los derechos de los menores, de las que un 26 por ciento hablaban de violencia sexual. Además, en 2010, UNICEF estimaba que en Brasil podía haber unos 250.000 niños que se prostituían con menos de 14 años.
Esta es la realidad a la que se enfrenta el Gobierno de Dilma Rousseff en uno de los frentes de cara al Mundial de Fútbol. Para atajar la situación, el ejecutivo ha invertido nueve millones de reales (unos cuatro millones de dólares), según El Economista América.
Sin embargo, la inversión que Brasil realizará para combatir la explotación sexual infantil podría también ser objeto de controversias si se la compara con los costes que ha producido la construcción --y reconstrucción-- de los doce estadios que acogerán los encuentros futbolísticos y que, según el Sindicato Nacional de Arquitectura y de la Ingeniería de Brasil, alcanza los 3.400 millones de dólares, frente a los 1.000 millones de dólares que se habían estimado en un primer momento, según el Documento Matriz de Responsabilidades (DMR) que indica los gastos y plazos estimados para cada ciudad-sede.